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C. DEL RÍO
Viernes, 1 de abril 2016, 04:18
El parque de Ferrera, cerrado desde el Lunes de Pascua, abrió ayer sus puertas a las 13.15 horas tras la extracción de seis toneladas de basura de su interior, una más que el año pasado. Las medidas de control y vigilancia, y el aumento del número de contenedores en su interior, no parecen haber repercutido en una agilización de los plazos de limpieza ni en la preservación del césped, el gran problema de la multitudinaria concentración de jóvenes con motivo de la celebración de la Comida en la Calle, acto central de las fiestas de El Bollo.
Datos oficiales situaron este año el número de accesos globales al parque en 7.500, aunque la percepción general fue que menos personas se decantaron por congregarse en el principal espacio verde de la ciudad para celebrar de forma alternativa la popular fiesta. Fueran siete o cinco mil, como se había estimado en años anteriores, dejaron en el parque 6.000 kilos de basura entre plásticos, vidrio, tetra-briks y otro tipo de residuos. Se desconoce qué proporción de esa cantidad se depositó en los contenedores colocados expresamente para la ocasión pero, a juzgar por el tiempo que se ha necesitado para adecentar el recinto, parece que no la suficiente. De nuevo, los trabajadores de parques y jardines han necesitado dos días y medio para eliminar la mayoría de la basura, un trabajo en el que no se baja la guardia y que continuará estos días.
La pradera central se mantiene delimitada y restringida al uso hasta que no concluya la recogida de cristales y plásticos rígidos de reducidas dimensiones que podrían causar cortes tanto a la gente que se tumba en el césped como a los perros que corren por el mismo. Esta limpieza manual y minuciosa, según explican desde el Ayuntamiento, se ha visto complicada estos días por la lluvia.
Hasta ayer y desde el martes, cuando entraron las cuadrillas de limpieza, de entre diez y quince trabajadores, en turnos de mañana y tarde, se emplearon 254 horas de trabajo en la limpieza.
Estos datos confirman las impresiones manifestadas por los operarios que hablaban el martes de un escenario «muy parecido al del resto de los años, con mucha cantidad de basura, sobre todo plásticos de los vasos y bolsas», contrarias a la positiva impresión trasladada por el dispositivo de vigilancia estrenado este año para mantener la seguridad en el parque y concienciar sobre la recogida de basura.
Formado por 42 personas, entre agentes de la Policía Local, vigilantes de seguridad y auxiliares externos, fue una de las medidas adoptadas este año tras el clamor social que ya en 2015 reaccionó al destrozo del parque de Ferrera y su posterior cierre en lo que se parece más a un 'macrobotellón' que a una Comida en la Calle. Este dispositivo controló los tres accesos del parque (la puerta de la avenida de Cervantes se mantuvo cerrada por seguridad) prohibiendo a los menores de edad introducir alcohol y conminando a todos el uso de vasos de plásticos en detrimento del vidrio. La medida tuvo un efecto relativo, ya que la valla que cierra el parque por la calle del Marqués sirvió de coladero para quienes quisieron saltarse las normas.
A falta de diez minutos para las seis de la tarde, se comenzó a desalojar el parque y poco después se pudo cerrar hasta que al día siguiente entraron los trabajadores de parques y jardines.
En el resto de la ciudad, se recogieron 76,6 kilos de basura, dos kilos menos que el año anterior. Aunque en este caso no es necesario cerrar ninguna calle para su limpieza, también fue notorio para los trabajadores consultados el aumento de basura en la calle, con especial mención para El Carbayedo, que quedó 'sembrado' de bolsas de plásticos y otro tipo de envases. La diferencia es que en el casco urbano se comienza a trabajar ya la misma tarde del lunes y durante toda la madrugada para que los avilesinos encuentren limpias las calles del centro, en las que se desarrolla la fiesta.
Es de esperar que con la mayor concienciación social por parte de algunos sectores de la población respecto al medio ambiente, el año que viene por estas fechas vuelva a surgir un debate público sobre la preservación del césped del Ferrera. Desde el Ayuntamiento se explica que legalmente no tendría encaje el cierre que plantean algunas voces que, además, sería una medida que como ya expresaron a este periódico los distintos grupos políticos antes de la Comida de este año, ninguno de ellos apoyaría.
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