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RUTH ARIAS
Martes, 23 de febrero 2016, 04:45
La industria farmacéutica es uno de los sectores que más invierte en investigación y desarrollo, y cada año salen nuevos productos al mercado, nuevos medicamentos capaces de curar y tratar las enfermedades y sus síntomas. La última revolución ha sido la del antiviral que permite erradicar el virus de la hepatitis C, algo que hasta ahora era imposible. «Este éxito nos reafirma en que hay que seguir trabajando para obtener nuevos productos», aseguró ayer el farmacéutico José Luis Fumanal, director general comercial del laboratorio Ferrer Internacional e invitado al Aula de Cultura de LA VOZ, actividad coordinada por Armando Arias y patrocinada por Cafés Toscaf.
El coste de poner en el mercado un nuevo medicamento es muy alto. Fumanal habló ayer de cifras de alrededor de 500 millones de euros y, aunque algunos de esos productos nunca llegan a ver la luz o tienen que ser retirados por sus efectos secundarios, la investigación es la única vía para que esta ciencia se siga desarrollando. «Aún queda mucho por hacer porque hay enfermedades como la esclerosis o los tumores que todavía no se han resuelto», apuntó en su charla.
Fumanal se dedicó a exponer la historia de la Farmacia desde sus inicios, desde aquel primer tratado de Dioscórides, 'De materia médica', que describía en griego antiguo unas 600 plantas medicinales, 90 minerales y alrededor de 30 sustancias de origen animal, hasta la situación actual, con laboratorios de investigación trabajando en todo el mundo para tratar de avanzar en la curación de algunos males y en encontrar vacunas para evitar otros.
El público descubrió, por ejemplo, que la primera farmacia se fundó en Florencia en el año 1221, y que la primera fábrica de productos farmacéuticos nació en Alemania en 1813. Las cosas han seguido cambiando mucho desde entonces, aunque muchos de los principios han sido los mismos a lo largo de los siglos, sólo que aquellos remedios naturales se han ido perfeccionando para explotar al máximo sus capacidades y para ajustar las dosis, y ahora son creados en laboratorios. «El primer medicamento sintetizado fue la fenacetina, un precursor del paracetamol», explicó el farmacéutico. Luego vino el ácido acetil salicílico, es decir, la aspirina, y otros muchos más.
Si la cura para la hepatitis C ha sido un gran avance, lo fue aún mucho más el descubrimiento de la penicilina. Alexander Fleming dio con ella en 1928, pero «hasta 1940 no hubo una fórmula para poder fabricarla y aplicarla», recordó ayer Fumanal. Ese y otros antibióticos sirvieron para aumentar una esperanza de vida que estaba muy limitada por las infecciones, sobre todo respiratorias, aunque el conferenciante apuntó a ayer también a las medidas higiénicas y de calidad del agua como otros de los factores importantes para que el ser humano sea capaz de vivir más tiempo.
No todo son medicamentos, como también se encargó de recordar. A veces para solucionar problemas de salud basta con consumir los alimentos adecuados. «A mediados del siglo pasado se observó que los inuit apenas sufrían enfermedades cardiovasculares, y eso era por su dieta, rica en pescados grasos con mucho Omega 3», explicó. De ahí se pasó a las cápsulas, como ha sucedido tantas veces.
Un gran valor
Fumanal hizo también hincapié en la importancia de la industria farmacéutica para la economía. «Es un gran valor, que aporta mucha tecnología y empleo muy cualificado», afirmó. El experto expuso la alta calidad del empleo ligado a este sector, que requiere de profesionales muy preparados en todos sus escalafones . «No son sólo los investigadores que desarrollan los productos o los que intervienen en el proceso de fabricación, también quien atiende el teléfono, o los visitadores médicos, tienen una gran preparación», afirmó.
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