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José Fernando Galán
Miércoles, 15 de abril 2015, 02:11
El gobierno de Corvera no quiere que la red de alta velocidad pase por el municipio. Lo rechaza de plano. El alcalde, Iván Fernández, afirma que cualquiera de las cuatro alternativas que ha puesto sobre la mesa el Ministerio de Fomento para el necesario desdoblamiento de las vías, incluido en el denominado plan ferroviario, supondrían «un destrozo» para el concejo. Lo considera «un ataque, y no voy a caer en la trampa de negociar otro trazado porque cualquiera sería nefasto para nuestros intereses. Simplemente no hay ninguna alternativa válida para Corvera», señaló con vehemencia.
El destrozo al que alude afectaría «negativamente a los valles de Solís y Cancienes y muy especialmente a Los Campos y Las Vegas». Es en este tramo donde el alcalde pone el acento. En Los Campos, «acerca el talud y la zona de dominio a Entrevías viejo, las vías pasarían a dos palmos de las viviendas de las calle Horacio Fernández Inguanzo y suprimiría la pista finlandesa y los huertos».
Una vez en la plaza de Corvera, antiguo prao de la fiesta, «pondría en riesgo la rotonda que dará servicio al nuevo centro de salud, invadiría el aparcamiento y eliminaría la zona de paseo, el área de gimnasia para mayores y el parque espartano». En resumen el trazado ferroviario y su zona de afección «recortaría unos 1.500 metros cuadrados de la plaza de Corvera».
Ya en Las Vegas las consecuencias adquirirían, a juicio del alcalde, tintes catastróficos. La caja ferroviaria «pone en riesgo los bloques de viviendas de la Avenida Principado, pasando a menos de medio metro de los bloques. En algunos casos la zona de expropiación incluso ocupa parte de los bloques de viviendas», abriendo así, sugirió sin afirmarlo, la posibilidad de que tengan que ser demolidos.
Al otro lado, en La Estrada, «proyecta una pasarela, no un ascensor, como proponemos nosotros, para salvar las vías, y para colmo la sitúa en zona privada. A ello se une el grave perjuicio que traería el traslado del muro de contención, que eliminaría los aparcamientos y un carril de circulación», añadió. También «dibuja un muro desde las calles Primero de Mayo y La Ñora a la estación de Villalegre sin tener en cuenta el impacto visual y medioambiental que ello supone».
Al margen de lo dicho, la construcción del nuevo trazado ferroviario «obligaría a ocupar diferentes terrenos para instalaciones de obra, convirtiéndolos en vertederos. Uno estaría en la plaza de Corvera, que quedaría destrozada».
Fernández anunció que el Ayuntamiento presentará alegaciones contra el plan ferroviario basadas no sólo en aspectos técnicos, sino también políticos y sociales. Es el primero de Asturias en anunciarlo.
En este sentido, ayer tenía previsto mantener una reunión con representantes de distintas asociaciones para abordar el asunto y ha convocado otra, abierta a todo aquel que quiera participar y con ruego de asistencia, «dada la importancia del asunto a tratar», para las siete y media de la tarde de mañana jueves en el centro Tomás y Valiente.
El alcalde también tiene previsto informar en comisión extraordinaria a los grupos municipales de la oposición con el fin de ganarse su apoyo e ir «todos a una en defensa de los intereses de Corvera».
A grandes rasgos, las cuatro alternativas parten de Llanera y convergen con el actual trazado ferroviario, tres de ellas a la entrada de Cancienes y la otra a la altura de El Pontón. La más recta sigue el cauce del río Alvarés, y las restantes se abren hacia la izquierda, según se desciende del Alto de la Miranda, formando un arco de mayor o menor ángulo.
El más externo es el elegido en un principio por el Ministerio de Fomento. Pasa, soterrado, por Taújo, Santa Mariña y entre la capilla de San Justo y Pastor y Calabaza y tras cruzar las actuales vías del tren comienza a cerrarse, dirigiéndose hacia Cancienes. La tercera es prácticamente idéntica, tan solo un poco más cerrada y cercana a El Pontón, y la cuarta corta antes, enlazando con las actuales vías a la altura de El Llano. En los cuatro casos, buena parte del trazado discurre bajo tierra, por túneles o pasos elevados. Desde Cancienes hacia abajo, es decir, hacia Avilés, lo dicho.
«Lejos de resolver los problemas que desde hace años exigimos, como los ruidos que generan las autopistas y autovías a su paso por Trasona, Molleda y Villa, el trazado de la red de alta velocidad que nos plantean genera otros nuevos y muy importante. Tampoco se dice nada de reabrir el apeadero de FEVE en La Marzaniella ni de abrir uno nuevo en Solís. En definitiva, este trazado tan dañino para Corvera responde únicamente a la apuesta de la ministra Ana Pastor, pese a que la propia Comisión Europea ha manifestado que no se trata de un proyecto urgente», señaló Fernández.
No a la alta velocidad
El suyo es un no rotundo a que Avilés se integre en la red de alta velocidad ferroviaria, objetivo que según el plan propuesto por el Ministerio de Fomento se conseguiría no con un AVE, sino con un ferrocarril rápido. «Los beneficios no justifican la alta inversión ni el destrozo que realiza en nuestro municipio. Solo recortaría en cuatro o seis minutos el trayecto. Que lleven el AVE a Pola de Lena, a Oviedo y a Gijón, pero que no toquen Corvera. Las heridas abiertas hace 40 años por la autopista Y aún siguen sangrando y lo que ahora nos presentan la partiría en dos», concluyó el alcalde de Corvera.
En Avilés, el plan ferroviario propuesto por el Ministerio de Fomento tampoco se ve con buenos ojos. Llega hasta La Rocica, y según señaló recientemente la alcaldesa, Pilar Varela, «no resuelve el problema de la barrera ferroviaria».
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