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FERNANDO DEL BUSTO
Viernes, 3 de octubre 2014, 00:24
Las Urgencias del Hospital San Agustín vivieron ayer una mañana sobresaltada después de activarse la alarma por un posible caso de ébola que, finalmente, resultó falso. Ello no impidió que los profesionales implicados adoptasen todo tipo de medidas de protección contra los contagios en una escena que llamó la atención en lo que podía parecer la secuencia de una película y que comenzó cuando un avilesino pensó que podía sufrir la temible enfermedad.
La persona en cuestión había viajado en fechas recientes a África, si bien no había permanecido en ninguno de los países afectados por la epidemia. Ello no impidió que pensase que podía sufrirla a su regreso, cuando presentó síntomas que relacionó con el ébola. En esa situación, el afectado decidió aislarse por su cuenta y riesgo, comunicando a su mujer que iba a permanecer durante 21 días dentro de su coche. Pasada esa autodignosticada cuarentena saldría por sus propios medios o sacarían su cuerpo víctima de la enfermedad.
La propuesta no convenció a nadie de su familia y, ante su insistencia, su esposa no dudó en alertar a la policía de lo que pasaba. De forma inmediata, acudieron al lugar agentes y efectivos del SAMUR.
Por si acaso
Aunque en ese momento todo parecía que no era un caso de ébola, la prevención obligó a adoptar las medidas necesarias para que los efectivos que acudieron al domicilio del afectado evitasen cualquier riesgo de contagio. A primera hora de la mañana acudían al domicilio de la persona y lo preparaban para su traslado al Hospital San Agustín.
De igual manera, sucedió en el centro sanitario, donde el enfermo fue recibido en Urgencias con todo el personal debidamente protegido con mascarillas, guantes y todos los recursos necesarias para evitar la infección del virus. En Asturias, el protocolo contra el ébola fija que los posibles casos sean aislados en la quinta planta del antiguo Hospital Covadonga, donde existen varias habitaciones de aislamiento con presión negativa (que evita cualquier posible fuga del virus de la habitación) además de una UVI. El centro ha estado en funcionamiento hasta el reciente traslado al nuevo Hospital Universitario Central de Asturias, por lo que se encuentra en perfecto estado.
Sin embargo, no fue necesario activar todo el dispositivo. Tanto por los síntomas que presentaba como por su historial, analíticas y su ausencia de las zonas afectadas permitieron confirmar al personal del Hospital San Agustín que no se encontraban ante un caso de ébola.
El protocolo aplicado por el Principado fija como uno de los elementos claves en el diagnóstico la estancia del posible enfermo en alguno de los países afectados por una epidemia que ha causado miles de víctimas.
Las sospechas quedaban levantadas al poco tiempo de entrar en Urgencias y en ningún momento llegó a plantearse la evacuación a la planta específica del antiguo Hospital Covadonga. Adiós a las mascarillas. De hecho, poco después de las dos de la tarde, la persona abandonaba el Hospital San Agustín con la tranquilidad de que en su cuerpo no había señales del virus y después de haber causado un buen revuelo entre todo el personal sanitario implicado en la falsa alarma.
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