--660x371.jpg)
--660x371.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
AINHOA PALACIO
Domingo, 7 de septiembre 2014, 01:28
El comienzo del curso escolar está a la vuelta de la esquina para los alumnos de Infantil y Primaria. Los niños llevan semanas preparados, muchos de ellos apurando los últimos días de vacaciones y otros deseando volver a las aulas para reunirse con sus amigos, casi todos ajenos a las cuentas que hacen en su casa para tener a punto todo el material escolar, los libros y la ropa que usarán de aquí a junio. Las familias tratan de minimizar el gasto, obligado cada mes de septiembre, para que no repercuta demasiado en la cuenta mensual. Y en cada casa se organizan de una manera.
Yago Turienzo, de 7 años, empieza segundo de Primaria en el colegio de Versalles. Su madre, Yolanda Almeda, explica que han tenido que invertir «aproximadamente 200 euros en los libros y algo más de 50 en material escolar», pero porque no le ha comprado, por el momento, una mochila nueva. «Hemos conseguido reciclar la del año pasado, y si acaso le pediremos una a los Reyes o le regalarán una para su cumpleaños, el próximo día 12».
Yanira Turienzo, su hija pequeña, vive estos días con otra intensidad, porque pronto empezará al colegio. A ella ha tenido que comprarle más cosas, como un mandilón que aún llevan los alumnos de Infantil.«Los libros de Infantil, que son de rellenar, pintar y pegar, cuestan aproximadamente 100 euros», indica Almeda y, al menos en este colegio, tienen un fondo común entre todos los padres con el que después se van comprando los materiales necesarios. Su sobrina, Irene Lorente, también acude a Infantil, aunque al último curso del ciclo, y ha tenido que renovar todos sus libros también, por el mismo dinero. En Primaria piden «pinturas, estuche, folios, carpetas y libretas, pero no mucho más», porque, asegura, en los colegios saben la situación actual de las familias de Avilés.
En su caso, pudo hacer un cambio en el banco de libros del centro, que le parece una idea «fenomenal». Así, indica, los niños pueden hacerse más responsables, aunque «en Primaria ya lo son de su material, y eso a veces implica un estuche a la semana», bromea.
Si los libros, y en menor medida el material escolar, son una gran inversión, la otra es, sin duda, la ropa que utilizan los niños. Los que acuden a colegios sin uniforme -en algunos centros públicos ofrecen un chandal con diferentes precios, o camisetas de deporte- tienen que comprar provisiones para el invierno y el verano, por eso la climatología es tan importante. La mayoría de los padres consultados espera que «haga buen tiempo en septiembre y octubre para que la ropa de invierno podamos comprarla en noviembre», y buscar entonces botas de agua y un abrigo más grueso con vistas, incluso, al invierno siguiente.
Otros gastos a tener en cuenta son las actividades extraescolares en las que puedan apuntarse durante la semana, las excursiones que se realicen durante el curso, el transporte escolar -en caso de necesitarlo- y también cuestiones como el comedor. En la mayoría de colegios el precio final siempre tiene en cuenta el nivel de ingresos de las familias, y los bonos diarios rondan los 6 euros. Los centros que tienen atención temprana o que participan en el programa de Desayunos Saludables también permiten que se pague aparte.
Paula Fresco, de 9 años, comienza quinto de Primaria en el colegio de El Quirinal. «Hemos comprado los libros a la vuelta de vacaciones, en un hipermercado porque nos daban descuento para el material escolar», explica su padre, Pablo Fresco. Por los libros han pagado 180 euros, y el material les ha salido por aproximadamente 50 euros. «Podemos pagarlo porque trabajamos los dos, y por el momento no hay problema, pero sí nos parecen algo caros», indica. En este colegio tampoco hay uniforme, por lo que su hija acudirá con la ropa con la que viste habitualmente. «Podremos aprovechar cosas, otras las habrá que comprar según las vaya gastando y necesitando», asegura.
En El Quirinal la asociación de padres no organiza un banco de libros al uso, pero los padres pueden beneficiarse de los intercambios entre las familias y de precios reducidos según los lotes. Algunas familias han podido encontrar libros de Matemáticas, Lengua, Conocimiento del Medio -que con la nueva ley se desglosa en dos materias, aunque muchos centros han optado por mantener el libro que ya estaba- y han comprado de otras materias como Música, Inglés, Plástica o Llingua.
Por otro lado, son muchos los padres que lamentan que algunos libros, principalmente de Inglés, se queden sin terminar de un curso para otro, algo que también sucede con el de Llingua, que ronda los 30 euros. «Piden a los niños que no escriban en boli para que pueda utilizarse al año siguiente, pero algunos profesores no tienen problema en utilizar el rotulador rojo para corregir», señala una madre que envía a sus hijos al colegio de El Quirinal. Sin embargo, cada vez más centros apuestan por la política del banco de libros y piden a los alumnos que respeten el material para que pueda ser utilizado al año siguiente.
Las familias con más de un hijo tienen que hacer el doble de gasto, y nunca es el mismo si acuden a los primeros cursos de Primaria o están terminando el ciclo. El desembolso de ropa y material suele ser más avanzado el curso, como pronto en octubre, y muchos esperan regalos en Navidad o Reyes para ir completando las cosas que necesitan hasta que finalicen las clases.
Eduardo Merino, de 7 años, estrena ciclo y colegio, puesto que comienza primero de Primaria en el Palacio Valdés. Su madre, Eva Prado, comenta que ha invertido 139 euros en libros y que, por el momento, no comprará el material escolar hasta que en el colegio faciliten la lista de lo que necesitarán los alumnos. «Hace falta una agenda, que el niño traerá a casa todos los días, que cuesta tres euros y por el momento nos han pedido que compremos una carpeta con cremallera, para meter los folios y la agenda», pero no mochila.
Eva Prado calcula un gasto de 50 euros en material escolar teniendo en cuenta «la libreta, los folios, los lápices, el estuche, las tijeras, cosas como plastilina y rotuladores», cuestiones básicas que puede necesitar durante el curso escolar. También hace números con la ropa que llevará el niño durante el curso. «Hemos calculado que, aproximadamente, unos vaqueros le duran tres meses, y de momento le hemos comprado tres, cada uno por 17 euros» que esperan que aguanten unos meses. Más adelante «miraremos un abrigo, porque ya me he acercado a las rebajas pero no hemos visto nada», y parece que el buen tiempo acompañará al menos el primer mes y las familias podrán esperar a octubre para hacer un nuevo desembolso.
Los centros aprovecharán los días previos a la vuelta al cole para reunirse con las familias de Primaria, puesto que las entrevistas con las nuevas que llegan a Infantil ya se han producido, en la mayoría de los casos, en junio. La reunión de Primaria con las familias del colegio de El Quirinal fue el pasado viernes. Los docentes explicaron a los padres el funcionamiento de las clases, las evaluaciones y el sistema de control y exámenes de cada curso, haciendo hincapié en los nuevos cambios educativos para los alumnos que este año ya se regirán por la LOMCE (Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa).
Colegios concertados
El caso de los colegios concertados puede ser distinto, porque en mucho centros los niños tienen que llevar uniforme y en algunos, como el colegio San Fernando, los libros se pueden adquirir directamente. Eso sí, los padres explican que se suelen cobrar «en dos plazos», generalmente octubre y noviembre, para descargar a las familias y permitir una recuperación después de la cuesta de septiembre. En estos centros también entran cuestiones como el transporte escolar y el fondo para otras actividades. En el San Fernando, por ejemplo, el comedor cuesta 120 euros y los bonos diarios están en los seis euros, aunque para los alumnos de Infantil es algo más reducido. El autobús cuesta 140 euros, pero si los niños lo utilizan sólo dos veces al día -porque en el centro hay clase también por la tarde- es más reducido. Hay otra cuota, mensual, de 92 euros para la denominada Fundación San Fernando, con la que luego se organizan actividades colectivas, visitas y excursiones, durante el resto del año.
El chandal de uniforme tiene un coste de 70 euros, y el resto de la ropa se puede comprar de forma individual. Por ejemplo, el jersey tiene un coste de 39 euros, el polo cuesta 21 euros y el pantalón 45 euros. Este uniforme admite el pantalón corto, con el que muchos alumnos acudirán todo el mes de septiembre, y también en los meses de primavera, a clase. Es común, según dicen las familias que envían a sus hijos a este centro, que pueda haber intercambios de ropa. Los libros, para Primaria, están en los 200 euros aproximadamente, aunque en los primeros cursos tampoco se pueden aprovechar para otros alumnos. El gasto en material es más reducido, porque también se compra según la cuota mensual de cada alumno.
Menos gastos
No sólo las familias y los colegios se preparan para la vuelta al cole, sino que las librerías y tiendas especializadas de la ciudad también están esperando a los nuevos alumnos. Sin embargo, las ventas «van más lentas este año», o al menos es lo que opinan los encargados de los distintos establecimientos consultados.
«Esta semana, por lo menos, está todo parado, pero sabemos, por otros años, que la gente lo suele dejar para última hora, o que esperan a que los centros faciliten el material escolar que hará falta el día de la presentación», indica Josefina Cabrera, responsable de Vilaboy, en Las Meanas. También comparte su opinión Rosa Alzola, de la Librería Códices de Versalles. «No sé si lo han reciclado del año anterior o quizá lo hayan comprado en otro sitio, pero no hay mucha venta», comenta, además de indicar que «no podemos, muchas veces, competir con los precios de los hipermercados».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.