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P. MENÉNDEZ
Miércoles, 3 de septiembre 2014, 00:17
Tensiómetro, fonendoscopio, manga remangada, brazo estirado, palma hacia arriba y piernas sin cruzar. Un gesto como tomarse la tensión, que muchas personas realizan por sí mismas en sus casas, requiere de unas condiciones y unos conocimientos concretos para que los parámetros resultantes sean acordes con la realidad y, por tanto, no se ponga en peligro la salud. «Hay que colocar el manguito unos dos o tres centímetros por encima de la fosa antecubital, a la altura de la arteria humeral». Estas fueron algunas de las indicaciones que ofreció ayer Raquel Méndez, médica del Hospital Comarcal de Jarrio, en una clase práctica impartida ante doce participantes del curso 'Cuida tu corazón. ¡Haz deporte!', con el propósito de que los alumnos aprendiesen a tomar correctamente la presión arterial.
Los participantes, colocados por parejas, pudieron medir la presión arterial de su compañero de pupitre e incluso escuchar sus propios sonidos. «Vais a escuchar los ruidos de Korotkoff, pero para ello es necesario mucho silencio», explicó Méndez, refiriéndose a los sonidos que se perciben con el fonendoscopio al medir la tensión. «Cuando comienzan los ruidos es cuando encontramos la presión arterial sistólica, es decir, la máxima. Por el contrario, cuando desaparecen, se mide la diastólica, que es la mínima», añadió.
Lo recomendable es que los parámetros de la presión arterial máxima no estén por encima de 140 milímetros de mercurio (mmHg), y que los de la mínima no se encuentren por debajo de los 90, aunque tal y como indicó esta experta, «lo aconsejable varía según las instituciones, y también cambia según sexo, -las mujeres suelen tener una presión más baja-, según el volumen corporal y según la edad, puesto que a mayor corpulencia y longevidad, la tensión tiende a establecerse en parámetros más elevados».
«Lo más habitual, en cuanto a anomalías, son las elevaciones de la presión máxima, aunque una mínima elevada también es preocupante», apuntó Raquel Méndez.
Igual de preocupante puede ser el mal uso de algunos aparatos medidores de tensión que los consumidores tienen en sus casas y que utilizan sin los conocimientos necesarios. «Es importante que esos tensiómetros tengan el certificado de validación científica y, en caso de comprar uno, mejor que sea de brazo de que de muñeca, cuanto más arriba, mejor», aseguró esta médica. «Estos esfigmos automáticos pueden dar valores distorsionados. Los mejores son los de columna de mercurio, aunque ya casi no se usan, en su lugar, los médicos utilizamos los aneroides, que funcionan únicamente con aire», concluyó.
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