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Área de hemodiálisis en el Hospital San Agustín.
El 87% de los enfermos recibe datos correctos sobre su dolencia

El 87% de los enfermos recibe datos correctos sobre su dolencia

Un estudio del comité de ética del Área Sanitaria III refleja la satisfacción general de los pacientes hospitalizados en el San Agustín

FERNANDO DEL BUSTO

Lunes, 1 de septiembre 2014, 00:53

Los pacientes hospitalizados en el San Agustín consideran que, en líneas generales, han recibido información de forma correcta durante su estancia en el centro sanitario. Es una de las conclusiones de un estudio del comité de ética del Área Sanitaria III sobre la información. «La mayoría de los pacientes desean ser informados y estimaron haberlo sido, además de haber entendido la información facilitada», explica la doctora Isolina Riaño, presidenta del comité de ética del Área Sanitaria III y coordinadora de un estudio en el que participaron otros seis profesionales del Hospital San Agustín.

Los datos se basaron en una encuesta completada por los propios pacientes. Participaron 142 personas, de las que el 49% eran mujeres. La edad media fue de 60,7 años, lo que resulta coherente con la actividad asistencial en una comarca envejecida como es el Área Sanitaria III. De hecho, el 70% contaban con ingresos previos, lo que es propio de una edad avanzada, toda vez que las personas más jóvenes suelen acudir menos a los hospitales.

«Es evidente que los pacientes deben participar de forma activa en el proceso asistencial y, para ello, deben contar con la información suficiente. En el fondo, se trata de la autonomía del paciente y, para ello, deben contar con información», comenta la doctora Riaño para recordar la importancia de explicar a cada enfermo las características de su dolencia y la situación en la que se encuentra.

En este sentido, los resultados de la encuesta avalan el trabajo realizado por los profesionales del Hospital San Agustín. Así, el 89% de las respuestas consideran que fueron informados y entendieron las explicaciones recibidas.

Un 9% aseguró haber sido informado por su médico, aunque «no entendieron las explicaciones». Tan sólo un uno por ciento aseguró «no desear ser informado» y el mismo porcentaje refirió no haber recibido ningún tipo de información en su estancia.

Diferencia por sexos

A partir de ahí, la encuesta aporta diferencias en función del sexo y de las edades, lo que, en opinión del comité de ética, demuestra que se está produciendo un cambio social sobre la manera en que cada persona vive la estancia en el hospital y su relación con los profesionales.

Eso sucede con una de las preguntas más interesantes: saber si se podía informar a terceras personas, toda vez que los datos que se manejan en las historias médica son altamente confidenciales.

La respuesta del 46,7% de los pacientes fue que no habían sido preguntados por esa posibilidad. Esta respuesta se da más en las mujeres (cerca del 40%) que en los hombres, donde la negativa se encuentra en el 35%

El estudio demuestra que esta realidad choca con el deseo de los usuarios que reclaman ser consultados en su mayoría. Aunque son las mujeres quienes, casi en diez puntos más, prefieren elegir las personas que reciben la información.

«De forma general, esta respuesta demuestra que las personas son conscientes de la importancia de sus datos médicos y no les gustan que se comenten de forma indiscriminada», explica. De hecho, a la pregunta sobre a quién se le debía informar ninguna persona respondió que se podían dar los datos «a cualquiera que se interese».

La mayor parte de las personas escogieron bien que deben ser informados los propios pacientes y las personas por él autorizadas y los familiares. De forma minoritaria, se considera que sólo el enfermo debe tener el acceso al historial o a los acompañantes.

En esta respuesta, los investigadores descubrieron la importancia de la variable de la edad. Así, el 73% de los menores de 60 años respondieron que debían dar los datos al propio paciente y la persona autorizada por él. Sin embargo, el 49% de los mayores de 60 años consideran que la información debe llegar a sus familiares.

«Esta respuesta demuestra que las personas más jóvenes son más conscientes de la autonomía del paciente y que el trabajo que se viene haciendo se traduce en que las personas son conscientes de sus derechos. En las personas mayores de 60 años, la respuesta demuestra la importancia tradicional de la familia y como existe otra idea de las relaciones entre los profesionales sanitarios y los pacientes», asegura Isolina Riaño. Nuevamente se nota la diferencia por sexo, pues el 62% de las mujeres consideran que sólo se debe informar a ellas y a la persona autorizada, frente al 45% de los varones que señalan esta opción.

En este sentido, la presidenta del comité de ética recuerda que uno de sus trabajos es que «se respeten los derechos de los pacientes y su autonomía. Es bueno que manifiesten a quien debe darse su información y se debe seguir en esa línea», concluyó.

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