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Personal en la sala de boxes de Urgencias del Hospital San Agustín. Organizar bien la atención de los pacientes es clave.
El 12% de las urgencias son graves

El 12% de las urgencias son graves

El Hospital San Agustín utiliza desde hace siete años el sistema de clasificación Triaje Manchester para atender a los pacientes

FERNANDO DEL BUSTO

Jueves, 14 de junio 2018, 13:09

Más o menos, todo el mundo tiene una experiencia en las Urgencias de un Hospital como puede ser el San Agustín. Los pacientes no paran de llegar y es necesario organizar su atención de forma que las inevitables esperas no supongan una consecuencia fatal para el enfermo.

  • urgencias fueron atendidas durante 2012 en el Hospital San Agustín.

  • de las prioridades fueron elegidas correctamente según la segunda auditoría de 2013. Fue una de los mejores resultados logrados.

  • de los casos reciben la clasificación roja casos de extrema urgencia. El segundo nivel de gravedad, el naranja, se registra en el 12% de las Urgencias.

  • de los casos son niveles amarillo y verde, donde se acumulan las mayores esperas. Se considera que un 2% no es Urgencia hospitalaria.

Desde 2007, el Hospital San Agustín ha decidido utilizar el denominado Triaje-Manchester, un sistema de clasificación que, en función de constantes vitales y síntomas como el dolor, otorga a los pacientes un color: rojo y naranja para los más graves, amarillo y verde para situaciones que pueden esperar más y azul para los casos que no merecen la consideración de urgencias hospitalarias.

«En 2007, la Dirección General de Calidad del Servicio de Salud del Principado decide implantar el Triaje Manchester en todos los hospitales públicos asturianos y en Jove», explica el doctor Gabriel Redondo, jefe del servicio de Urgencias del Hospital San Agustín y, desde hace cuatro años, presidente del grupo de trabajo Triaje España, creado para velar por el uso correcto del método y la formación de los profesionales que lo emplean.Que la presidencia del grupo español de triaje recaiga en el médico avilesino se debe a que el equipo asturiano asumió en 2013 la coordinación nacional de este colectivo de profesionales. «Actualmente el triaje se aplica en 70 hospitales de toda España: además de Asturias, en toda la red pública de Galicia y Comunidad Valenciana; la mayoría de Madrid y también en Andalucía y Murcia», explica el doctor Redondo.

«Además del ámbito anglosajón, se utiliza en Alemania, Holanda, Suiza, Austria, Noruega, Portugal, Brasil, México y Chile; es uno de los sistemas de clasificación que se encuentra más extendido», comenta la enfermera María José Piñeiro, del servicio de Urgencias del Hospital San Agustín y coordinadora de Triaje Manchester (TM) en Asturias.

Una de las características del TM es que su aplicación recae en un profesional que se ha formado de forma específica. El diseño teórico señala que debe aplicarse por personal médico o de enfermería. En el caso de Asturias, se decidió que enfermería fuera el que asumiese este trabajo.

«Al año de la implantación, realizamos una encuesta al personal de enfermería. La inmensa mayoría, y hablamos de porcentajes cercanos al 90%, se encontraban satisfechas porque el método facilitaba el trabaja al organizar la atención en Urgencias», comenta Piñeiro.

De esta manera, la enfermera encargada del triaje se convierte en una pieza clave en la organización de cada servicio de Urgencias. En el caso del Hospital San Agustín, la persona que asume estas responsabilidades tan sólo se dedica a ellas durante la mitad de su turno. «Es un puesto con un gran estrés y tensión», comenta el doctor Redondo para explica la organización.

El resto del tiempo trabaja en la actividad normal del servicio. La llegada de pacientes es constante. En el supuesto de que hubiese una pausa, la enfermera de triaje apoyaría a sus compañeras.

«Una de las ventajas del triaje es que da seguridad a los profesionales y también a los pacientes. Antes, la organización de las Urgencias dependía de la sabiduría y experiencia de cada profesional. Ahora se cuenta con una herramienta objetiva, que favorece la organización de los servicios y potencia la mejor utilización de los conocimientos de cada profesional», comenta Gema García Riestra, coordinadora de Enfermería en el Área de Gestión Clínica de Urgencias del HUCA y coordinadora de formación de TM-España.

Un dato que muestra cómo los profesionales asumen la validez del TM es el porcentaje de utilización en las emergencias. En la última auditoría realizada en Asturias se señala que la media de los hospitales aporta que se emplea entre el 80 y el 85% de las urgencias, aunque en algunos estudios se llegó a alcanzar un nivel del 95%. Gabriel Redondo destaca que «los niveles de calidad son altos, cercanos a los óptimos; pero aún hay camino para seguir mejorando». Pero es que el TM aporta mucha más información sobre la actividad del servicio.

Una de sus características es que se recogen todos los parámetros para su evaluación y análisis, de manera que los equipos puedan mejorar.

Radiografía de la actividad

Uno de los datos más interesantes es que aporta una fotografía de la actividad de cada servicio. Así, en el caso del Hospital San Agustín tan sólo el 12,11% de las Urgencias atendidas se encuentran entre los máximos niveles de gravedad: el rojo y el naranja.

En el primer color figuran aquellos casos de «urgencia vital»: Códigos Corazón, shocks, personas con paradas respiratorias. «Son intervenciones donde la respuesta es inmediata», explica el doctor Redondo. Para estos casos, la respuesta debe ser inmediata. No existe margen para la espera. Anualmente, vienen a representar el 0,11% de la actividad del servicio.

El 12% corresponde al color naranja, para casos muy urgentes, desde personas que sufren grandes dolores a urgencias cardíacas. Y es que una de las variables que mide el TM es el dolor del paciente, que puede ser fundamental para dar prioridad a una persona. «Un cólico de riñón no es una enfermedad muy grave, pero sí muy dolorosa y siempre recibe un código naranja», ejemplifica el doctor Redondo.

El tiempo para que estos pacientes reciban la atención se fija en diez minutos, margen que se cumple en el centro avilesino.

A partir de este nivel, se establecen los grupos con menor gravedad. El tercer nivel en la escala corresponde al color amarillo, que deben ser atendidos en un máximo de 60 minutos. Vienen a representar el 43% de las Urgencias. «Son casos donde se necesita la atención, pero se encuentran estables», describe el doctor.

En penúltimo lugar aparece el color verde. Corresponde a las denominadas urgencias ambulatorias, aquellas donde no existe un riesgo importante para la salud de la persona y que podían haber sido atendidas en la red de Atención Primaria. En los últimos datos recogidos en el Hospital San Agustín ocupan el 43% de la actividad. Se considera que estas personas pueden aguardar hasta 120 minutos para recibir atención sanitaria.

Por último, aparece un 2% de atenciones incluidas en la categoría de azul. Es el grupo que se considera que no deberían estar en un servicio de urgencias hospitalarias y el tiempo de espera alcanza las tres horas. «Cuando el servicio se encuentra saturado, las demoras siempre se acumulan en los niveles azul y verde y, en función del nivel de presión, en el amarillo; la prioridad de los niveles rojo y naranja siempre se respeta», comenta el doctor Redondo.

Pero el Triaje Manchester tiene muchas más características propias y que apenas se conocen fuera de los ambientes sanitarios.

Auditorías periódicas

Una de ellas son las auditorías que se realizan de la actividad de los servicios. El método plantea que, cada tres meses, deben repasarse todos los parámetros recogidos y compararlos con los criterios que se consideran óptimos. Es la forma de mantener la calidad en la asistencia. En la actualidad, tan sólo Asturias y Galicia realizan estos exámenes. «Los datos nos indican dónde se debe mejorar y también en lo que estamos bien», comenta el doctor Redondo. El método fija como objetivo que estos exámenes se realicen cada tres meses, lo que muestra el nivel de exigencia que implica y la posibilidad de mejora permanente. Por ejemplo, en la última auditoría se vio cómo los profesionales avilesinos deben incrementar en campos como la utilización de la regla del dolor, un sistema que mide los niveles de dolor en un paciente. Así, sólo se emplea en un 65% de los casos, cuando el nivel debería ser superior.

Junto a esta actividad, los profesionales asturianos trabajan en nuevas mejoras del Triaje Manchester. Porejemplo, se trabaja en la edición de la tercera edición del método que, como principal novedad, refuerza la atención al paciente pediátrico hasta los 14 años.

También se preparan nuevos cursos y que permitirán incrementar en Asturias el número de instructores. Se trata de una figura recogida en el TM y que engloba al profesional capacitado tanto para realizar las auditorías como para formar a otros sanitarios en el Triaje Manchester. En la actualidad, la región sólo cuenta con 8 instructores y la idea es preparar a otros 23 más para que cada hospital disponga de autonomía para formar en TM.

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