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JOSÉ CEZÓN
Martes, 13 de septiembre 2016, 00:20
Por vigésimo año consecutivo, el sierense José Luis Quidiello se montará esta mañana en su bicicleta Cube y marchará en solitario desde su domicilio de Espinera, en Lieres, hasta el santuario de Covadonga. Los ciento veintidos kilómetros que separan el trayecto de ida y vuelta quedarían en una simple anécdota para cualquier ciclista aficionado, si no fuera porque el protagonista cumple hoy 83 años.
Pero las promesas de este hombre son inquebrantables. Y la suya se produjo un 18 de julio de 1996, el día que falleció su querido amigo José Manuel Fuente, 'El Tarangu', el mejor ciclista asturiano de todos los tiempos. Quidiello había acudido en tres ocasiones a visitarle al hospital y el bravo deportista de Limanes le repetía, postrado en una cama que, si vencía aquella etapa reina contra la enfermedad, tenían que ir juntos a ver a la Santina, por la que ambos sentían una gran devoción. «Eso está hecho», le respondía Quidiello.
No fue posible el reencuentro pero, desde aquella luctuosa jornada, el sierense se prometió que iría en bicicleta, en cada aniversario de la muerte de su amigo, a rezarle un padrenuestro a la Virgen de Covadonga en memoria de 'El Taranguín', como él le llamaba, a quien consideraba como «un hermanu pequeñu».
Quidiello ya había hecho gala de su amor y fidelidad hacia el bicampeón de la Vuelta a España, cuando en septiembre de 1995 se presentó en el hospital dispuesto a donarle un riñón. «Hablé con la dirección y me dijeron que lo agradecían mucho, pero que no era la persona adecuada», recuerda. Pero le queda la satisfacción de que su amigo fue informado del ofrecimiento antes de morir. «Supo que en Lieres tenía un amigu de verdad», cuenta emocionado. Aquel día Quidiello salió directo del hospital hacia la Facultad de Medicina para donar el cuerpo entero.
En los tres primeros aniversarios de la muerte de 'El Tarangu' se organizó una marcha popular a Covadonga, siendo alcalde de Siero el fallecido José Aurelio Álvarez. Pero después ya siguió Quidiello con su promesa en solitario. Este año decidió, por primera vez, aplazar casi dos meses su gesta para hacerla coincidir con su propio cumpleaños.
En 2015 le acompañó su yerno y tardaron en llegar al santuario dos horas y cuarenta y cinco minutos, aunque hoy calcula que cubrirá el trayecto en unas tres horas y media. Y regresará a Lieres con más calma y parando a tomar algo en una cafetería Cangas de Onís, que también frecuentaba con 'El Tarangu'.
«Cumpliré la promesa mientras viva», sentenció ayer frente al mural que pintó a la entrada de su casa con la imagen de Fuente. Ya el año pasado proclamó que la mantendría como si tenía que ir «de rodilles». Confiesa que su mayor ilusión sería llegar hasta el vigésimoquinto aniversario en 2021, lo que significaría subirse a la bicicleta con 88 años. «Igual ye mucho pedir y mejor ir de añu en añu, aunque me encuentro bien», afirma.
2.403 kilómetros
No será por falta de entrenamiento. Quidiello nunca abandonó el ciclismo y asegura que, en los dos últimos meses que estuvo en León, recorrió 2.403 kilómetros en bicicleta, a razón de unos cincuenta kilómetros al día. Lleva, además, treinta años sin beber y cuarenta sin probar el tabaco: «Yo fumaba tres paquetes diarios».
«Así estoy yo con 83 años», presume este antiguo alcalde de barrio de Lieres, que consiguió logros impensables para su parroquia a base de tenacidad y de fajarse con los de arriba. «Ya se lo digo a los más jóvenes: si quies llegar a vieyo, haz deporte como Quidiello», bromea.
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