CSIF denuncia que enfermos mentales de Meres consumen comida «malísima»

Los veinticinco enfermos mentales internados en la Unidad Residencial de Meres, dependiente del Gobierno del Principado, están consumiendo desde el pasado mes de agosto una comida «de malísima calidad». Así lo denunció ayer a este diario Rosa Quesada, que es la delegada de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) en ese centro ubicado en Siero.

Según explicó Quesada, el pasado verano se produjo un cambio en la concesión del servicio de comidas para los pacientes con enfermedades mentales del Área Sanitaria IV y, desde entonces, los alimentos «vienen desde Murcia cada quince días, envasados y congelados». Esos alimentos los almacena la empresa adjudicataria en Asturias y los lleva a la Unidad Residencial «de un día para otro y los fines de semana traen la comida para tres días».

De forma más detallada, la delegada sindical asegura que la carne «llega cocida, sin aceite y engordan la salsa con espesante y el pescado con espinas, cuando muchos pacientes son personas mayores y sin dientes». También comenta que cuando se le echa leche a los purés precocinados «se quedan pegados como el cemento».

Quesada asegura que han denunciado la situación ante la Administración del Principado de Asturias en numerosas ocasiones, «pero nos dan largas, se van pasando la pelota unos a otros y no hacen nada; como son enfermos mentales parece que no les importan a nadie», lamenta.

La delegada comentó también que la empresa adjudicataria del servicio de comida pretendía elaborarla a diario en el Hospital Monte Naranco de Oviedo, que cuenta con cocina propia, «pero en el Principado les dijeron que no y que la siguieran trayendo en frío».

Según Quesada, esta situación se produce solo con los enfermos mentales del Área Sanitaria IV, ya que en otras zonas de la región la comida se elabora cada día en los hospitales. Antes de la última adjudicación del servicio, la comida se preparaba en el centro psiquiátrico y se llevaba caliente dos horas antes del consumo. Y la anterior empresa adjudicataria la conservaba en unos hornos en mejores condiciones para el consumo.

«Hay días que comen fatal»

Los pacientes de la Unidad Residencial de Meres son enfermos mentales crónicos, con edades comprendidas entre los 30 y los 80 años, y la mayoría de ellos no suelen recibir visitas de los familiares, lo que aumenta su estado de indefensión. «Los internos no se quejan; hay días que comen fatal y otras veces no les queda más remedio que tomarlo, porque no van a quedarse sin comer, pero nunca protestan, porque son pacientes crónicos», explica la delegada.