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L. FONSECA
OVIEDO.
Jueves, 3 de agosto 2017, 03:19
Dos médicos de un centro de salud de Oviedo se enfrentan a cuatro años de prisión y seis años de inhabilitación por la muerte en Asturias de un hombre por gripe A en febrero de 2014. La Fiscalía les acusa de negarse a acudir al domicilio de un paciente que sufría un cuadro gripal grave y que un mes después acabó falleciendo en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El Ministerio Fiscal considera que ambos profesionales incurrieron en un delito de homicidio por imprudencia, ya que pese a las peticiones de atención que realizó la madre del enfermo, incluso a través del 112, el paciente no fue atendido en su domicilio y tuvo que ser trasladado por su propia familia al HUCA, donde murió.
Los hechos se remontan al 12 de enero de 2014. Esa tarde, hacia las 17.15 horas, la madre de J. A. A. decidió llevarle a un centro de salud de Oviedo «ya que se encontraba mal, tenía mucha fiebre, gran dolor de cabeza y tos». Allí fue atendido por un médico, quien tras examinarle y «a pesar de no descartar que en ese momento se tratara de gripe A, procedió a recetarle paracetamol e ibuprofeno al entender que los síntomas eran compatibles con una gripe ordinaria», recoge el escrito de la Fiscalía. Tres días después, ante el agravamiento del enfermo, la familia requirió por la mañana asistencia domiciliaria con carácter urgente. Para ello, «hablaron con el médico de guardia -el primer acusado-, quien omitiendo las más elementales normas de la medicina», sostiene la Fiscalía, «le contestó que el tratamiento prescrito por el médico el día 12 era el correcto». La madre insistió en que su hijo «estaba muy mal, que su piel había cambiado de color, que se había desmayado y que tenía mucha tos», pero el facultativo le replicó que «si no sabía que era una gripe» y rehusó derivarle al hospital o enviarle una ambulancia.
Por la tarde de ese mismo día, a las 19.15 horas, la madre optó por llamar al 112 para requerir asistencia domiciliaria. Volvió a ser derivada al médico de guardia del mismo centro de salud -en este caso, una facultativa, la segunda acusada-, que tampoco acudió al domicilio a pesar de que «el enfermo ya no podía hablar, estaba negrín, hinchado, tenía 39 de fiebre y vomitaba sangre». Una hora más tarde, esta facultativa llamó al domicilio del paciente para interesarse por su evolución. La madre insistió que su hijo vomitaba sangre y le acabó recetando Flutox, un jarabe para la tos. «Ante la impotencia de ver que su hijo no era atendido domiciliariamente a pesar de las llamadas al servicio de urgencias del centro de salud y al 112, la mujer decidió llevarle por su propia cuenta, y en coche, al HUCA. Allí quedó ingresado a las 22.57 horas del 15 de enero. «Fue intubado, sedado e ingresado en la UCI en estado crítico». El 10 de febrero, casi un mes después, fallecería en el HUCA.
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio por imprudencia y solicita para cada acusado cuatro años de prisión y seis de inhabilitación. Asimismo, también pide que los acusados indemnicen a la madre de la víctima con cien mil euros. El juicio se celebrará el 8 de noviembre.
2014 se caracterizó por ser un año en que volvió a circular con intensidad el virus A que había disparado las alarmas un lustro antes. En 2014, Asturias llegó a registrar 19 muertes por esta causa. Hubo 169 ingresos hospitalarios, de los que 59 requirieron UCI. En ese invierno, la Consejería de Sanidad asturiana negó en un principio que la epidemia de gripe fuera especialmente virulenta. Fue Aragón la comunidad que dio la voz de alarma.
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