Secciones
Servicios
Destacamos
GLORIA POMARADA
INFIESTO.
Domingo, 17 de diciembre 2017, 00:53
«Los hechos nos demuestran que nos están ahogando económicamente para que desaparezcamos». El diagnóstico hecho ayer por la Federación Asturiana de Parroquias Rurales y Entidades Locales Menores (Fapar) en su asamblea general, celebrada en la localidad piloñesa de Villamayor, trazó un escenario en el ... que su supervivencia se ve amenazada por los escasos recursos de los que disponen, una situación que achacaron a la regla de gasto impuesta desde el Gobierno central y a las «insuficientes» partidas que el Principado consigna en sus presupuestos. A la falta de financiación de las administraciones se suma la actual normativa de las entidades menores, que no contempla el cobro de tasas a las compañías privadas por el paso de tendidos eléctricos y gasoductos por sus montes. Contra esta traba legal emprendieron en julio su particular cruzada las 39 parroquias que integran Fapar. Tras elaborar un estudio de viabilidad, culminado hace un mes, los juristas que colaboran con la federación determinaron que «las parroquias tienen competencia y legitimación para imponer una tasa por la utilización privativa del dominio público». Con el informe favorable, la tarea de Fapar pasa ahora por aplicar el estudio a las características técnicas de cada uno de los 25 entes locales menores por los que pasan las instalaciones. «No todos son iguales, unos tienen tendidos eléctricos, otros conductos de gas o antenas de telefonía. Estamos en el proceso de ver cómo se arbitra y adjudicar a algún gabinete la tarea de elaborar una ordenanza de tasa para cada parroquia», explicó el abogado Ignacio Arias, colaborador voluntario en la federación. El Principado, recordó, no interviene en el procedimiento, a pesar de ser la opción reclamada por las entidades locales menores, ya que el Gobierno podría acometer los trámites «de forma gratuita».
Una vez se materialicen las ordenanzas de tasa a compañías eléctricas, de telecomunicaciones y gasísticas, las parroquias rurales estiman unos ingresos de «entre seis y siete millones de euros». Las entidades locales asturianas, recordó Arias, «son pioneras en toda España» en el impulso de este gravamen, por el momento aplicado solo por algún ayuntamiento.
Mientras las parroquias aguardan el cobro por la utilización de sus montes, la asamblea de Fapar abordó ayer el resto de cuestiones que han marcado el año de la entidad. El abandono del medio rural fue una de las cuestiones que centró el balance hecho por el presidente de la federación, Andrés Rojo. «En los presupuestos de 2018 se consigna una cuantía insuficiente para los daños ocasionados por la fauna salvaje, lo que impide cumplir el Plan del Lobo», lamentó. En materia forestal, «nuestro patrimonio de pastizales y bosques se vuelve más matorral, con el perjuicio que ello conlleva para los ganaderos».
Uno de los logros conseguidos por Fapar en el año que ahora termina es la inclusión de la entidad en las comisiones rectoras de los parques naturales, uno de sus caballos de batalla en los últimos tiempos. «Por lo menos ya sabemos lo que hay y no dependemos de la representación de otros », destacó Rojo. El 2017 termina, no obstante, con un objetivo por cumplir: disponer de partidas propias en las cuentas autonómicos. «En el presupuesto presentado seguimos con 1.100 euros, pero seguiremos luchando para que las parroquias reciban la cantidad adecuada al servicio que prestan», avanzó. Otro de los retos para el 2018 es la finalización de una ley estatal encaminada a «simplificar el funcionamiento de nuestras obligaciones y destinar los remanentes a gasto corriente e inversión».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.