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LUCÍA RAMOS
ARRIONDAS.
Miércoles, 27 de junio 2018, 00:10
Una posible regulación de la presencia de canoas en el río Sella perjudicaría al sector turístico de los concejos ribereños. Es lo que defienden los empresarios de turismo activo de la zona, quienes, como ya hicieran hace un año, rechazan la idea planteada la pasada semana en la Junta General del Principado por el grupo parlamentario de IU de regular el uso de uno de los principales recursos de la comarca. «Todo lo que sea regular es sinónimo de restricciones y prohibiciones, y a nivel de empresa es lo último que se quiere», asevera el vocal de Turismo Activo de la Asociación de Empresarios de los Picos de Europa (Incatur), Juan Feliz.
El también gerente de Frontera Verde critica que «todos los años cuando llega el verano, vienen con lo mismo, pero luego pasan las vacaciones y no se mueve nada. En el último año no nos consta ninguna novedad en este sentido, ni nadie ha dado pasos para acercarse a nosotros», asevera. Se muestra preocupado, también, por la forma en que se recortaría el número de licencias si finalmente se opta por la regulación. «¿Cómo lo piensan hacer? Los empresarios hemos realizado inversiones importantes en material e infraestructuras y tenemos a bastante personal trabajando», recalca.
El temor en el sector es que, como ya dejaron caer en alguna ocasión desde la Confederación Hidrográfica, una regulación en el número de licencias que se conceden lleve a que el acceso a las mismas no sea libre, como en la actualidad, sino por concurrencia competitiva. Algo que, consideran los empresarios, sería «contraproducente» y daría al traste con años de trabajo para consolidar la zona del Sella como destino turístico.
«Hasta hace pocos años, junio no valía para mucho en la zona, pero tras una vida entera peleando por traer gente hemos conseguido que destaque como un importante destino de numerosos grupos de jóvenes en sus viajes de estudios», señala el gerente de Jaire Aventura, Alberto García. De hecho, agrega, «en las últimas semanas vinieron muchos grupos a realizar no solo el descenso, sino otras actividades, y todos ellos se estuvieron alojando en la zona».
Esto indica, asevera el veterano empresario, «que estamos logrando la ansiada desestacionalización del turismo, como para que ahora vengan con esta idea. Es alucinante, parece que quieren que se pierdan empleos», critica.
Como ya dijese este lunes el alcalde de Parres, el socialista Emilio García Longo, los empresarios de turismo activo no consideran que exista un problema de masificación en el río Sella. «Son cuatro días de agosto en los que hace bueno los que se pueden ver más canoas haciendo el descenso. El resto del tiempo la afluencia es normal. Si para unas pocas jornadas buenas que tenemos, nos quieren limitar, mal vamos», apunta Marta Pandiella, gerente de Cangas Aventura. Como sus colegas, señala que esos 'cuatro días buenos' lo son no solo para ellos, también para toda la comarca. «Pero a nadie se le ocurre limitar, por ejemplo, el acceso a las playas, que también se llenan», apunta, convencida de que una regulación en el número de canoas del Sella «perjudicaría al sector, pues se perderían ingresos».
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