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LAURA CASTRO
ARRIONDAS.
Miércoles, 30 de mayo 2018, 00:17
Fue el mal comportamiento de algunos alumnos de Secundaria durante las horas del servicio de comedor lo que llevó a Educación a suspender parte de esta prestación de cara al próximo curso. Una decisión que tras la reunión mantenida ayer quedó revocada. Al encuentro en la Consejería de Educación acudieron los presidentes de las asociaciones de padres y madres del alumnado (AMPA), los equipos directivos del colegio y del instituto, el director general de Centros y el alcalde de Parres. Llegaron al acuerdo de mantener el servicio para todos los alumnos de Secundaria que lo soliciten y, a cambio, el personal docente del colegio podrá sancionar a aquellos estudiantes del instituto que tengan un mal comportamiento durante las horas de comedor.
«El problema surge a raíz de una serie de tensiones que se estaban dando por parte de los alumnos de Secundaria, que presentaban numerosos problemas de actitud y el personal del colegio se sentía impotente al no tener autoridad para imponerles un castigo. Dada esta situación y que la prestación era excepcional, puesto que solo los alumnos que utilizan el transporte escolar tienen derecho a comedor, se optó por no dar continuidad a esta parte del servicio», explicó el regidor de Parres, Emilio García.
Finalmente, el acuerdo pasa por mantener el servicio, pero también por modificar el reglamento de régimen interno del colegio para introducir elementos sancionadores que permita al personal docente actuar en caso de que los alumnos de secundaria reincidan en una mala conducta. «Necesitaban un resorte jurídico para poder hacer eso y ahora ya lo tienen», indicó García. Será necesario, además, «una gran implicación» por parte de los equipos directivos de ambos centros, pues deberán realizar «un esfuerzo asumiendo cuestiones que no son propiamente de su competencia al no ser un servicio obligatorio», detalló el alcalde del concejo, quien agradeció su «buena disposición» a la hora de encontrar una solución al conflicto.
Las alarmas habían saltado el pasado 10 de mayo, cuando las familias recibieron una circular de la Consejería de Educación en la que se indicaba que los estudiantes del instituto que no fueran usuarios del transporte escolar se quedarían sin la posibilidad de optar al servicio de comedor el próximo curso. La decisión no fue bien recibida por los padres y madres del alumnado del instituto, pero tampoco por los del colegio, ya que en un futuro próximo la medida afectaría también a sus hijos. Las AMPAS se movilizaron desde el primer momento y ante el revuelo desatado, el Ayuntamiento de Parres tomó parte como mediador y planteó una reunión para aclarar el problema. Tras ella, el regidor parragués quiso destacar la colaboración de las AMPAS y su «buena labor» a la hora de poner sobre la mesa todos los problemas. Aprovechó, asimismo, para hacer un llamamiento a las familias: «En la medida de lo posible deben tratar de inculcar a sus hijos unas normas de comportamiento adecuadas para evitar que estas situaciones tan desagradables vuelvan a darse».
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