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El dragón más dulce está en Llanes

El dragón más dulce está en Llanes

La tradición comenzó en 1890 y durante años fue necesario cortar el tráfico para trasladar el enorme mazapán desde el obrador

guillermo fernández

Viernes, 15 de diciembre 2017, 07:20

Desde hace 127 años en muchas mesas llaniscas no puede faltar el ‘culebrón’ de la confitería Vega, un imprescindible en las comidas y cenas navideñas. Ayer se volvía a perpetuar la tradición y el mazapán de cinco metros de largo y 210 kilos de peso viajaba desde el obrador hasta la confitería, donde le acoplaban la centenaria cabeza en escayola de un dragón con luces intermitentes en ojos, fosas nasales y boca.

El enorme mazapán con forma de reptil está elaborado con almendra molida en su contorno y cubierto de escamas, también de almendra, colocadas una a una de forma artesanal sobre las que se perfila la flor de lis. Al cortar el gigantesco dulce aparecen en su interior diferentes capas que responden a cinco sabores tradicionales: yema, chocolate, praliné, fresa y turrón.

Los cuatro profesionales que trabajan en la confitería Vega, Francisco Patiño, Quico Vargas, José Avín y Nacho Valdés, necesitan tres días para rematar la faena. En la primera jornada muelen la almendra y refinan el azúcar. Tras 24 horas para que repose la materia prima, cocinan el turrón de diferentes sabores. Terminan con un nuevo refinado y dándole forma al producto antes de su paso por el horno.

El maestro confitero Nacho Valdés, natural de Cangas de Onís, con diez años de experiencia en Barcelona y otros diecisiete en Canarias, lleva dos temporadas en Llanes y explicaba ayer que la elaboración del gigantesco mazapán es fruto de «un trabajo laborioso, lleva tiempo, y hay que ser muy meticuloso con las temperaturas y milimétrico para depositarlo en el horno».

Debido a su tamaño, el viaje del mazapán desde el obrador hasta la confitería no se puede hacer por el interior del negocio. Resulta inevitable que entre seis personas lo trasladen por la vía pública y eso es lo que sucedía en la mañana de ayer a través de la calle Mercaderes. Uno de los voluntarios para desplazar el dulce era el entusiasta Marcos Sobrino, antiguo empleado de la confitería llanisca y persona dispuesta a arrimar el hombro donde haga falta. Hubo años, antes de la semipeatonalización de las calles de la villa, en que fue necesario interrumpir el tráfico durante unos minutos.

Una vez que el enorme mazapán descansaba sobre el mostrador de la confitería, la actual gerente del negocio, Maribel Ampudia Vega, le acoplaba la cabeza del llamativo dragón y conectaba las intermitentes luces. El ‘culebrón’ se presentó por vez primera en Llanes en el año 1890 y su aparición se debe a un confitero de apellido Nachón. Desde entonces nunca faltó a su cita navideña, con excepción de 1936, como consecuencia de la Guerra Civil. Llaniscos que peinan canas recordaban ayer que a mediados del siglo pasado el ‘culebrón’ «despertaba nuestra ilusión y permanecíamos con la cabeza pegada al cristal de la confitería para no perder detalle de los diferentes cortes que le iban dando».

Ya con el cuchillo en la mano, Maribel Ampudia explicaba que «se vende en su totalidad antes del 23 de diciembre y son numerosos los llaniscos que nos hacen encargos desde diferentes lugares de España».

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