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EVA FERNÁNDEZ
Miércoles, 26 de octubre 2016, 09:38
En el mes de enero de 1956 nace la Agrupación de Banderas Paracaidistas y se inicia la organización de la II Bandera, que toma el nombre de 'Roger de Lauria'. Sesenta años después la Brigada 'Almogávares' VI de Paracaidistas, popularmente conocida como la BRIPAC (Brigada Paracaidista) con base en Paracuellos del Jarama (Madrid), ha decidido trasladar su marcha anual de 80 kilómetros, que realizan como plan de entrenamiento anual, a tierras asturianas y cántabras al coincidir este año el aniversario de la bandera y querer rendir homenaje a su caído más ilustre, Ortiz de Zárate, enterrado en Comillas (Cantabria).
Por este motivo, al mediodía de ayer llegaron a Ribadesella 294 soldados y, siguiendo el camino de Santiago, caminaron por la senda hasta Llanes, donde hicieron noche en el Polideportivo antes de partir, hoy, hacia Comillas para rendirle tributo a Ortiz de Zárate. Llegaron a las siete de la tarde a la villa llanisca y su presencia no pasó inadvertida. Se instalaron en el polideportivo, convertido en un improvisado cuartel, donde pasó la noche el batallón, enfudados en sus sacos y esterillas.
Previamente prepararon una exposición con el material que habían traído para esta expedición, en señal de agradecimiento a la villa llanisca. Al frente de la logística, el soldado gijonés Arturo Gallego ejerció de organizador para que el grupo, y una sección de la tercera bandera, asentada en Murcia y que venían como invitados, pudiesen cenar por turnos el rancho que otros compañeros habían preparado en una cocina de campaña improvisada para la ocasión. Todos los soldados habían llegado caminando con su petate de 15 kilos de peso. Les acompañaron en este viaje seis camiones, uno de ellos el de la cocina, seis vehículos pesados, cuatro autobuses y tres vehículos ligeros donde traían todo el material de la exposición: un fusil HK con diferentes componentes, una ametralladora ligera MGY y MGY2, dos fusiles de precisión, un lanzagranadas, cascos, redes de camuflaje y otras cosas más. Las armas cautivaron la atención de los llaniscos, sobre todo, de los más pequeños, que ni podían levantarlas. Los soldados atendieron al público y les mostraron sus equipos.
Al recibimiento militar acudieron también los veteranos José Antonio Llaca, de Llanes,del curso 49, que se convirtió en paracaidista en 1959, y Alfonso Couret, vecino de Madrid pero con casa en l a villa, que pertenecía al curso 286 y sacó el título de paracaidista entre 1978 y 1980.
Couret se mostró emocionado entre tantos compañeros y explicó que había saltado «122 veces». Su hijo ha heredado su afición al aire. «Es campeón del mundo amateur de volar en traje con alas», según Couret. Entre los soldados, se encontraba la valenciana Patricia Cifuentes, una soldado de la Infantería Ligera que visitaba Asturias por primera vez. «Estoy encantada con este paisaje», explicaba. Los militares disfrutaron de las instalaciones deportivas y después se retiraron a descansar.
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