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Jueves, 14 de julio 2016, 00:21
El Gobierno del Principado está decidido a poner en marcha un programa específico contra la tuberculosis animal en el municipio de Parres. Para detallar su contenido se celebraba ayer una reunión en la Casa de Cultura de Arriondas, a la que asistieron los ganaderos del concejo en masa, y que estuvo presidida por el director general de Ganadería, Ibo Álvarez. El programa se fundamenta en varias patas, entre ellas un nuevo calendario de pruebas con al menos dos anuales. En relación al vínculo entre la incidencia de la enfermedad en el concejo y la presencia de fauna silvestre infectada, la cual ya no se niega, se plantea la urgencia de colocar vallados cinegéticos, sobre todo en las explotaciones de leche; incrementar los cupos de caza del jabalí; coger muestras de ciervos y gamos, además de continuar con la recogida en tejones que desarrolla el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida); y potenciar la colocación de contenedores para la recogida de restos de caza.
Finalmente, se planteó la próxima creación de una comisión local de saneamiento ganadero, que se reúna con una frecuencia trimestral, y a la que pertenezcan como miembros «un representante de los ganaderos, otro municipal y el jefe de sección de las campañas de saneamiento, Manuel Queipo».
Él fue otros de los responsables regionales que compareció ayer antes los ganaderos, valorando positivamente la aplicación de este nuevo programa. «Debemos trabajar para no llegar al punto en el que sea necesario la declaración de Parres como zona de especial incidencia de tuberculosis, pues estos acarrearía una serie de medidas más rigurosas y más restrictivas», indicó. Se refería, en concreto, a la imposibilidad de movimiento a pastos comunales, entre otras cuestiones. Un horizonte que no esperan cruzar «si aplicamos el programa especifico».
La fauna silvestre como reservorio de tuberculosis fue uno de los aspectos más comentados de la reunión. Mientras los ganaderos piden que se analicen más animales, lo que el Gobierno busca es que se controle más la población de especies como el jabalí. De hecho, se hizo un llamamiento a los colectivos de cazadores para que cumplan con los cupos. «El jabalí incrementa su población anualmente en un 7,4%, aún cazando», apuntó Jaime Marcos, jefe de servicio de Caza y responsable de la red de vigilancia de saneamiento.
Explicó que cada año se abaten entre 7.000 y 10.000 ejemplares y que, entre los años 2000 y 2016 el número de jabalíes cazados asciende a 116.537. «Necesitamos presionar a los cotos para convencer a los cazadores de que cumplan los cupos», incidió, para después afirmar que «no por matar más va a descender la población de jabalí».
Marcos recordó que el virus de la tuberculosis es «muy resistente» y que puede afectar «a todas las especies». «Está en los restos de caza pero también puede estar en el barro que pise un animal», evidenció. De ahí la importancia tanto de la recogida de esos restos como del aviso por parte de los ganaderos de la existencia de animales salvajes muertos, con la intención de recoger sus cuerpos al tiempo que se les extraen muestras.
Ante este aspecto, y habiendo mantenido recientemente una reunión en Parres los ganaderos, el Ayuntamiento y los cazadores, el colectivo ganadero recordaba la solicitud por su parte de la exención del pago del canon cinegético por parte de los cotos que contribuyan a frenar la expansión del jabalí, una medida que desde la consejería se calificó de «difícil, pero no imposible».
Aún con todas estas medidas de prevención, en Asturias no se puede afirmar que la población de jabalíes esté infectada en un alto grado. Los datos más altos y llamativos están fuera de la comarca oriental. El problema existente en Parres es que el índice de prevalencia es incluso más alto que el de la media asturiana, que ronda el 0,28%. De ahí que en este concejo no se puedan aplicar criterios de flexibilización, para lo que el índice debe estar por debajo del 0,1%.
Lo que sí se confirmaba ayer es que, tras analizar las muestras, «el espoligo de la tuberculosis coinciden entre las vacas y la fauna silvestre». Un aspecto en el que entra en juego el papel del Serida, donde se está avanzando en el estudio a nivel genético de la enfermedad. Desde este mismo organismo también se puso sobre la mesa la existencia de «estrategias de vacunación», habiendo incluso ensayos con «ovejas y tejones».
«Todo lo posible»
Además de hablar de datos regionales, se trasladaron ayer cifras concretas sobre el concejo de Parres. En 2013 el número de explotaciones positivas fue de tres, trece el de los animales y dos el de las explotaciones. En lo que llevamos de 2016 esos datos han subido, respectivamente, a 18, 41 y 9 y, en 2015, llegaron a ser de 21 explotaciones positivas, 117 animales infectados y 8 explotaciones con cultivo.
Estos datos no hacen hablar de una situación mejor, pero sí mejorada, según el punto de vista del Principado. «Se está haciendo todo el trabajo posible en relación a la tuberculosis», valoró Ibo Álvarez.
Los ganaderos, por su parte, se mostraron alterados en varios momentos del encuentro ante el «hartazgo» que les produce escuchar «siempre los mismos cuentos». En general, pidieron «fórmulas para salir de esta situación y un debate real de las mismas para que seamos escuchados».
Entre el resto de peticiones trasladadas, los representantes regionales tomaron en consideración la propuesta de «poner en cuarentena y realizar dos pruebas, una al principio y otra al final», a las explotaciones trashumantes, sobre todo «las que vayan a zonas potencialmente peligrosas por una posible la importación de cepas».
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