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García Álvarez, regidor de pastos de la Montaña de Covadonga, en su explotación de Mestas de Con.
«El 50% de la pradería del parque de Picos está invadida por el matorral»

«El 50% de la pradería del parque de Picos está invadida por el matorral»

Anuncia movilizaciones, con cortes de carretera, ya que los ganaderos «están muy quemados y no les salen las cuentas al tener más gastos que ingresos»

GUILLERMO FERNÁNDEZ

Domingo, 18 de octubre 2015, 00:43

José Antonio García Álvarez, 'Toño', es desde hace doce años regidor de Pastos de la Montaña de Covadonga. Viudo, a sus 43 años es padre de dos hijos y reside en la localidad de Mestas de Con. Los pastores integrados en el colectivo que preside operan en 3.600 hectáreas del Parque Nacional de los Picos de Europa y denuncia que solo 1.700 están operativas para el pasto. El resto permanece invadida por el matorral. Confirma la presencia de doce lobos en la zona de los Lagos y 50 en todo el parque.

¿Cuántas reses subieron en 2015 a la Montaña de Covadonga y cómo encontraron los pastos?

Desde del 25 de abril subieron 4.600 vacas, 300 ovejas y 250 cabras. Encontramos el puerto muy sucio, las camperas levantadas por el jabalí y los matorrales en aumento. Desde la primera semana de junio, hasta el 20 de julio, se producía una matanza diaria por los lobos. Antes de la Fiesta del Pastor, el 25 de julio, hubo una reunión de ganaderos para presionar al Parque y se produjo un parón momentáneo de los daños. Algún lobo habrán eliminado porque los daños bajaron en un 80%, pero a mediados de septiembre volvían los ataques.

¿Cuántos lobos hay en el parque?

En la zona de Lagos, certificada por los responsables del parque, está reconocida una manada de entre seis y doce ejemplares. Atacan en el puerto de Cangas de Onís y pasan a Onís y Amieva. En el resto del parque habrá tres o cuatro manadas, con lo que estamos hablando de 50 lobos.

¿El pago de los daños es ágil?

La burocracia es interminable y se tarda un año en cobrar tras pasar los expedientes por la oficina del Parque, en Cangas de Onís; la Consejería de Medio Ambiente, en Oviedo, y el Ministerio, en Madrid. Pedimos que se paguen en quince días y lo aceptan, pero no lo cumplen. No nos quejamos de las tasaciones, pero sí del sistema.

¿El matorral sigue en aumento?

Hoy, el 50% de la pradería está perdida, invadida por la maleza.

¿Cómo afecta el creciente matorral a las subvenciones a recibir de la Política Agraria Común (PAC)?

Los pastores de Cangas de Onís tienen adjudicadas 3.600 hectáreas de terreno en el parque, pero solo 1.700 están operativas para el pasto. Se pierde casi el 50% del dinero que deberíamos ingresar por ese concepto. Ante semejante panorama resulta muy difícil realizar repartos equitativos entre los ganaderos, algo que se terminaría con desbroces y quemas controladas de la maleza. En los parques de Francia, por ejemplo, los pastos están impecables, cuidadísimos.

«La gente está muy quemada»

¿Habrá nuevas movilizaciones?

Creo que sí, porque la gente está muy quemada. No les cuadran las cuentas, la Administración no ofrece soluciones y es muy lenta. Los ganaderos sabemos hacer cortes de carretera, se nos da bien, y es la única forma de que nos escuchen.

¿Qué tal van las relaciones entre ganaderos y ecologistas?

Hay que escuchar a todos y ellos aportan ideas, algunas atinadas y otras obsoletas. Nunca pensarán lo mismo que un ganadero del parque. No queremos matar lobos, sino mantener vivo nuestro ganado, nuestro medio de vida. La mayor parte de los ecologistas son funcionarios que patalean y se quejan si les suprimen la paga de Navidad. Para concretar, durante los últimos 6.000 años mantuvimos el ganado en lo que hoy es el parque, pedimos que nos respeten y lo que no queremos son lobos, jabalíes y matorral. Hay expertos que aseguran que el manejo del Parque Nacional de los Picos de Europa es muy complicado porque vive gente en su interior, pero esa gente ya estaba allí muchísimo antes de la constitución del parque nacional.

El parque se fundó en 1995, ¿cómo fue la evolución hasta hoy?

Al principio valoraban que sin ganadería y tradiciones no podía existir. Los primeros tiempos resultaron aceptables pero pronto comenzaron las restricciones. En la vertiente Sur, la parte de León, siempre hubo lobos, pero nunca en la del Norte. Cuando los pastores de León 'devolaban' los lobos a través de la collada de Santa María sabían que nunca más iban a regresar porque aquí, de diferentes formas, los liquidaban. Más de la mitad de los ganaderos de cabras y ovejas ya abandonaron. En una zona agreste, con mucha peña y terreno escabroso, se acabó la reciella. No estamos acostumbrados a vivir con lobos porque llevamos las de perder por la orografía del terreno y por nuestro modelo de ganadería extensiva.

«En León se cazan lobos»

¿Se dan diferencias de criterio en diferentes lugares del parque?

Es un parque político, nada concreto, por la dificultad de poner de acuerdo a tres administraciones. Además, en nuestra comarca hay seis ayuntamientos y tampoco se ponen de acuerdo. Todo eso nos conduce al gran caos. En León se cazan lobos y se corta madera y en Cantabria realizan obras y desbroces de forma continua, mientras que en Asturias solo hay restricciones.

Estamos hablando del segundo parque más visitado de España.

Lo es por dos razones. La existencia del Santuario de Covadonga y el paisaje. Al llegar el visitante a Enol se encuentra con tres contrastes espectaculares: el azul del lago, el verde del terreno y la blancura de la nieve en los picos. Todo eso lo conservamos durante miles de años los ganaderos a coste cero para la Administración y los ecologistas, que no aportan nada. Pudieron haber hecho algo, pero nunca se preocuparon.

Desde su doble posición de tratante y ganadero ¿cómo ve el futuro?

Los ganaderos está muy mal, indefensos. Soportan gastos del año 2015 y el precio del ganado es el mismo de hace 30 años. Tienen más gastos que ingresos y al problema de la indefensión se unen los ataques del lobo y la tuberculosis bovina.

¿Se atreve a opinar abiertamente de la tuberculosis bovina?

Sí. Los llamados falsos positivos de tuberculosis hacen posible que un ganadero pase entre tres meses y un año sin carta verde y eso le conduce a la ruina. Si la Administración quiere ser puntillosa y marchar por delante de la enfermedad, tiene que poner dinero encima de la mesa y no jugar con las cosas de comer. Dicen que los protocolos los marca Bruselas, pero hay grandes diferencias entre cómo se aplican en Asturias, en Cantabria o en Navarra. No estoy de acuerdo en cómo se hacen aquí muchas cosas. Hay veterinarios expertos, con 30 años de trabajo, y con ellos teníamos los mejores índices de España en tuberculosis. Ahora los saneamientos los hace Tragsa y utiliza veterinarios sin experiencia, que son peligrosos. Los veterinarios deberían ser como la Guardia Civil, que informen a sus coordinadores o superiores y más adelante que el órgano competente dicte sentencia. Pero hay veterinarios que vienen con las pistolas cargadas, dispuestos a disparar.

¿No tiene buen concepto de los políticos y funcionarios asturianos que gestionan el sector ?

Muchos de ellos no saben nada. Al frente de la ganadería deberían estar personas que sepan de ganadería. No hace falta que sean veterinarios, que ya hay muchos y sobre todo de León. Faltan profesionales y hay funcionarios muy vagos que no desarrollan nada. Además, el funcionario vago y el funcionario trabajador gozan de la misma consideración dentro de la Administración. Nosotros sabemos perfectamente quién vale y quién no.

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