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Terry Basterra
Jueves, 3 de septiembre 2015, 00:11
Cerca de 2.500 restos óseos y de herramientas líticas se han extraído de la cueva de El Sidrón durante las diferentes campañas de investigación que se han llevado a cabo en este yacimiento piloñés desde el 2000. Pero el trabajo extractivo en esta cavidad se ha dado por finalizado. De hecho en este 2015 los investigadores no han accedido a la cueva para realizar nuevas excavaciones. Así lo explicaba ayer Marco de la Rasilla, profesor de la Universidad de Oviedo y responsable de la investigación que se está realizando de los restos óseos hallados en esta cueva y que han arrojado luz sobre los neandertales que allí vivieron hace cerca de 49.000 años.
Las últimas excavaciones llevadas a cabo en El Sidrón tuvieron lugar en junio del pasado 2014. Entonces se trabajó en un espacio nuevo de la galería del osario donde hasta ese momento no se había realizado una labor tan específica. Aquellos trabajos permitieron confirmar que los huesos hallados de aquellos 13 neandertales -los 13 de El Sidrón- sobre los que después se han realizado las investigaciones, se concentraban en una parte muy concreta de esta galería. Se cree además que llegaron a este lugar a través de un conducto abierto al exterior y que, muy posiblemente, fueron arrastrados a esa zona de la cavidad por una gran tromba de agua. Después los restos quedaron cubiertos por sedimentos que los protegieron hasta llegar a la actualidad.
Aquella de 2014 fue la última campaña de excavaciones en la cueva, pero ni mucho menos significa que la investigación sobre los neandertales que habitaron la cueva piloñesa se haya acabado. «La parte de la excavación ya se ha dado por finalizada porque no hay más sedimento. En el yacimiento de la cueva de El Sidrón ya no queda nada más que sacar», explica de la Rasilla, quien detalla que «ahora en lo que estamos trabajando es en investigar todo lo que hemos sacado durante los años anteriores».
El profesor indica que «tenemos abiertas unas 2.500 referencias» dentro de esta investigación, la mayor parte de ellas correspondientes a huesos. De hecho muchos de estos restos son fragmentos de los mismos huesos y ahora toca juntarlos. «Es como un puzzle», resume.
En total el experto calcula que aún restan «5 ó 6 años» de trabajo en laboratorio para ponerlos en su contexto y poder dar por concluida la labor investigadora de los restos hallados en el yacimiento de El Sidrón. Pero toda esta labor de laboratorio también da sus frutos y prueba de ello es que antes de final de año se espera que se publique en una revista de relevancia científica otro nuevo hallazgo sobre la genética de aquellos neandertales, según avanzaba ayer de la Rasilla poco después de pronunciar una conferencia sobre aquellos pobladores en el XXVII Congreso Nacional de la Sociedad Anatómica Española (SAE) que estos días se está celebrando en Oviedo.
Últimos descubrimientos
Los últimos descubrimientos logrados gracias a los hallazgos obtenidos en El Sidrón han permitido conocer que la división de las tareas por sexos era algo que ya hacían los neandertales. Hasta hace apenas unos meses se pensaba que esa especialización era propia de los homo sapiens, pero un estudio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) basado en restos dentales hallados en la cavidad piloñesa, además de en otras dos cuevas, determinó lo contrario. El trabajo fue liderado por Antonio Rosas, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, y mostraba como los fósiles de los dientes masculinos tenían unas estrías de menor tamaño que el de las féminas, algo que se achaca a que ellas realizaban una serie de tareas con los dientes que no hacían los hombres.
Los primeros restos óseos en El Sidrón fueron hallados en 1994, pero no se confirmó que eran de origen neandertal hasta 1998. Marco de la Rasilla ha sido el director científico de este yacimiento desde el 2000 y el trabajo de los investigadores sobre los más de 2.000 fragmentos de hueso de aquellos trece neandertales han permitido saber aspectos como que aquellos hombres practicaban el canibalismo y que arrojaban los restos de sus víctimas al suelo junto a las herramientas de sílex que utilizaban para cortar la carne.
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