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ANDREA INGUANZO
Viernes, 30 de enero 2015, 00:44
Está más cerca que nunca. El proyecto para crear una marca de calidad para el pescado capturado en toda la región se encuentra a un paso de su finalización. Según han confirmado fuentes cercanas a la iniciativa, a partir del 20 de febrero está previsto poner en marcha el etiquetado de las piezas en modo de prueba en tres cofradías y, casualmente, las tres son de esta comarca. Bustio, Ribadesella y Llanes cuentan ya desde el pasado mes de diciembre con las máquinas etiquetadoras instaladas, a la espera del visto bueno para poder comenzar a trabajar con ellas.
Aunque está previsto que se lleve a cabo una inauguración oficial cuando se acerque esta fecha, lo cierto es que aprovechando una visita a este ala de la región la propia consejera de Agroganadería, María Jesús Álvarez, conocía esta misma semana de primera mano los dispositivos. Lo hacía en la lonja de Bustio, en Ribadedeva, y se mostraba muy ilusionada con el proyecto en su totalidad, augurándole además un gran futuro.
Además de la Consejería de Agroganadería, a través de la Dirección General de Pesca Marítima, participan en este proyecto la Federación Asturiana de Cofradías y el Grupo de Acción Costera del Oriente. Estos tres ejes han hecho posible una aspiración que lleva fraguándose mucho tiempo. «Han sido dos años de trabajo, trámites y permisos, pero finalmente podemos ver resultados y pronto lo pondremos en marcha para saber si se cumplen todas las esperanzas puestas en esta marca de calidad», explicó Juan Dimas García, presidente de la federación regional y patrón mayor de la cofradía de Tazones.
Él ha sido uno de los que ha confirmado que la intención es iniciar el trabajo «a finales de febrero». Por su parte desde Agroganadería también se apuntaba esta semana que la presentación del proyecto se realizará en las próximas semanas. Inmersos ya en lo que podría ser el germen de una gran iniciativa, Dimas García confía en que con este sello «se pueda acabar con la injusticia que se está haciendo con la pesca asturiana». «Aposté desde el primer momento por esta marca de calidad porque creo, que en relación con nuestras capturas, en la venta del pescado se está cometiendo incluso fraude hacia el consumidor», señala el presidente.
Como ya ha recordado en varias ocasiones, las cofradías del Oriente han sido las que desde siempre han mostrado mayor interés por conseguir este tipo de distintivo para sus capturas. De hecho, la iniciativa surgió a nivel comarcal en numerosas ocasiones, derivando en un distintivo especial para los restaurantes consumidores en exclusiva del pescado rulado, en el caso de Llanes y Ribadesella.
No todas las especies
Las dispensadoras de etiquetas servirán para dotar a las piezas, de un kilo de peso o superiores, de importantes identificativos. En el precinto se especificará tanto el arte de pesca que se ha utilizado como la procedencia del pez, así como el día en que ha sido capturado y por qué embarcación. No se podrán etiquetar capturas que lleven más de 24 horas fuera del agua, de ahí que se vaya a poder garantizar la calidad de todo el pescado seleccionado. Como será también selectiva la inclusión de especies en esta marca, puesto que se prevé indentificar merluza, lubina, besugo, cabracho o salmonete, pero no otro tipo de pescados por habitual que sea su captura.
El 'periodo de prueba' de esta iniciativa se cerrará tras el verano. Si para entonces los resultados son buenos, que muy pocos dudan de que lo serán, el número de cofradías que se sumen a ella irá en aumento. Son muchas las interesadas y más las ganas que existe en el sector de que la marca de calidad asturiana consiga darle a los pescadores el respiro que lleva años esperando.
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