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ANDREA INGUANZO
Sábado, 6 de diciembre 2014, 00:32
La familia de un bebé recién nacido en el hospital comarcal Grande Covián de Arriondas ha presentado una denuncia ante el juzgado de Cangas de Onís, al sospechar de una presunta negligencia médica. Hasta el momento han trascendido pocos datos sobre lo sucedido, aunque fuentes cercanas al caso han confirmado a EL COMERCIO la apertura de una investigación judicial. La pequeña llegaba al mundo el pasado miércoles, alrededor de las 20 horas, y fallecía el jueves sobre las 17. Ni siquiera habían pasado 24 horas tras un parto que, según parece, había transcurrido con total normalidad. El bebé y la madre se encontraban bien y nada hacía presagiar el fatal desenlace.
Este periódico ha podido tener acceso al parte de defunción en el que el centro hospitalario indica que el fallecimiento se desencadenó «por causas naturales». En la jornada de ayer, especialistas del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) se desplazaron hasta Arriondas para practicarle la autopsia al cuerpo de la pequeña, por lo que hasta que no se conozcan los resultados no se podrá saber con exactitud cuál pudo ser la causa real de la muerte. Los padres de la recién nacida, naturales del concejo de Llanes, no han querido pronunciarse sobre ningún aspecto.
El cuerpo de la niña era trasladado en la tarde de ayer al tanatorio de la capital llanisca y será allí hoy, a las 12 horas en la basílica de Santa María, donde se celebrará un funeral en la más estricta intimidad familiar.
Desde la Consejería de Sanidad tampoco se han querido hacer grandes valoraciones sobre el hecho, aunque sí se ha confirmado la existencia de una denuncia. «Entendemos el dolor de la familia y también que esta es una situación por la que no gusta pasar a nadie», se limitó a expresar su portavoz.
Otro suceso en Arriondas
El concejo de Llanes se mostraba ayer consternado con lo ocurrido. En la mente de todos los vecinos se encontraba un caso que también conmovió a la sociedad. Y es que hace poco más de un año, otro bebé y, en aquella ocasión también su madre, fallecían en este mismo hospital momentos después del parto. En aquel suceso, los familiares de María Oliva Barreiro, una llanisca de 39 años muy conocida en la villa, declararon que había tenido un embarazo «perfecto», sin ningún tipo de contratiempo, del que iba a ser su primer hijo.
María Oliva acudió el 20 de octubre de 2013 al hospital de Arriondas después de ser derivada allí desde el centro de salud de Llanes al detectársele fiebre. Tenía fijada la fecha del parto unos días después. En el Grande Covián le realizaron unas analíticas, cuyos resultados derivaron en la decisión de inducirla al parto a las 20.30 horas. Se le realizó una cesárea y a las 21.35 horas los médicos extrajeron al feto que presentaba parada cardiorespiratoria. Tras 35 minutos tratando de reanimarlo sin éxito se determinó su muerte. La madre, tras la cesárea, entró en parada cardiaca hasta en cuatro ocasiones, aunque el personal sanitario consiguió recuperarla.
Desde el Hospital Grande Covián se decidió trasladar a la mujer a Cabueñes en contra de lo aconsejado por el centro sanitario gijonés, según se recoge en el informe. Finalmente la muerte de esta llanisca se determinó a las 2.15 horas del 21 de octubre en Cabueñes donde, según aseguraron entonces distintas fuentes, María Oliva llegó ya sin vida.
En abril de este año, el informe médico forense resolvía que la llanisca murió por causas naturales. Según rezaba fue un embolismo del líquido amniótico (ELA) lo que le provocó una parada cardiaca que derivó en su fallecimiento.
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