«Se han quedado a medio camino»

Las obras acometidas en la carretera de acceso a la localidad de Camarmeña, en el concejo de Cabrales se encuentran ya concluidas. La actuación del Principado se basó en rehabilitar trece pequeños tramos del vial que se encontraban deteriorados y contemplaba también la colocación de vallas de seguridad en las zonas más complicadas para el tráfico. El presupuesto de estos trabajos ascendía a 53.209 euros y el plazo de ejecución de los mismos era de dos meses.

Los vecinos de este pequeño pueblo demandaban un arreglo urgente del vial ya que aseguran que desde su construcción, hace cerca de dos décadas, no se había vuelto a actuar sobre ella. Pero los resultados no han convencido del todo a los lugareños. Aunque sí coinciden en que el vial está «algo mejor», consideran que no se han solucionado todos los problemas que presentaba. La actuación ha permitido eliminar los baches, hundimientos y socavones que presentaba la carretera con la colocación de una fina capa de aglomerado poco compacta. Esto hace que cuando estás circulando por dicho vial, la gravilla salte entre las ruedas y la carrocería del coche. «Ahora hace buen tiempo, pero cuando empiece a llover, los vehículos van a patinar y eso es peligrosísimo», apuntaba Tomás Lobeto, vecino de Camarmeña. En su opinión, deberían haber tenido esto en cuenta a la hora de aplicar dicha capa para solventar el bacheado.

Consideran también que al añadir esa capa, se ha estrechado aún más la vía. En este sentido, los lugareños explican que dentro de los trabajos, deberían haberse contemplado unas mejoras en las cunetas, haciéndolas menos pendientes, para que en el momento en el que se crucen dos coches, uno tenga la opción de apartarse en ellas para permitir el paso al otro. «Eso que parece fundamental, resulta que no lo vio nadie. En todos estos años debieron limpiarlas solo cuatro veces», subrayaba Lobeto.

Otra de las peticiones de los vecinos era colocar una serie de quitamiedos en las zonas más peligrosas de la carretera, pero solo se encuentran en un par de curvas. En otras, sin embargo, su función la suplen algunas piedras de gran tamaño, que carecen de iluminación y de eficacia en el caso de que se produzca algún percance.

«Se han quedado a medio camino. Algo sí ha mejorado, pero no ha sido una actuación completa. Quizá hubiese sido mejor esperar un poco más y hacer las obras enteras, cuando hubiese más presupuesto para ello», explicaba el vecino Manuel Campillo. A su juicio, el ensanchamiento de la carretera es fundamental. «Poco a poco se va comiendo la orilla, solo puede pasar un coche por ahí. Entiendo que no se podía ampliar todos los sitios, pero hay algunos que sí», añade.

Para Stuart Major, un inglés que se encuentra en Camarmeña de vacaciones junto con su familia, la carretera ha ido a mejor, aunque considera que la capa de asfalto que han echado «es muy fina». Con lo que sí están encantados es con las «maravillosas vistas a la montaña», subrayaba.