San Francisco abarrota Lledías

Con el disparo de potentes voladores, la localidad llanisca de Lledías anunciaba a mediodía de ayer la salida de los ramos desde el barrio de Viñes y el comienzo de la eucaristía en honor a San Francisco. Los alrededores de la recoleta capilla eran ya un hervidero humano en esos momentos.

La misa fue concelebrada por los sacerdotes José París y Ángel Obeso y al término de la función religiosa se ponía en marcha una concurrida e interminable procesión que recorrió las calles centrales del pueblo. Abrían la marcha el gaitero Manolín Vela y el tamboritero Gregorio Trespalacios. Y a su estela marchaban cuatro ramos: uno de rosquillas de anís, otro de pan artesanal y dos más de bollos dulces. Los cuatro ramos llamaban la atención por su artística decoración y profusión floral, unos trabajos que la noche de víspera había dirigido la entusiasta Quina Mari Cerezal.

De llevar el ramo más pequeño, el que iba repleto de rosquillas de anís, se encargaban cuatro niños: Julen Álvarez, Gonzalo Berbes, Juan Francisco Llera y Matías Michael.

Por detrás de las pirámides de pan se presentaba un compacto grupo formado por más de un centenar de niñas y mozas ataviadas con el traje de llanisca. Batían con garbo y salero sus panderetas al contrapunto de dos tambores en manos de Carmen Pérez y Almudena Alonso, madre e hija.

Y tras las mozas enfundadas en el atuendo de llanisca aparecían las robustas y coloristas andas con la imagen de San Francisco sobre un tupido manto de margaritas blancas. De arrimar el hombro como voluntarios costaleros se encargaban Cándido Corral, José Ramón Pérez del Valle, Pedro José Poo Díaz y Juan José González. Los dos sacerdotes y un elevado número de romeros cerraban el cortejo.

Al regresar la comitiva a la ermita que le sirve a San Francisco de morada habitual a lo largo del año, las mozas trazaron un amplio círculo, con los cuatro ramos en el interior, y procedieron a entonar las estrofas del ofrecimiento de los panes del ramo en uno de los actos más sublimes de entre los muchos que se escenifican en las fiestas que se celebran en la comarca.

La mañana se daba por concluida con la subasta de los panes del ramo y con un selecto festival folclórico en el que los niños bailaron el Trepeletré, el Quirosanu y la Danza del Señor San Pedro, mientras que los mayores interpretaban el Xiringüelu de Naves, el Pericote y las jotas de Cadavedo y el Cuera.

El Rosario en San Roque

También estuvieron de fiesta en San Roque del Acebal. En este caso los vecinos celebraron sus festejos en honor a Nuestra Señora del Rosario. El día comenzó con la tradicional salva de cohetes, a la que siguió la salida del ramo y procesión hasta la iglesia, donde tuvo lugar la misa solemne. Después fue el turno para relajarse con una animada comida y la verbena de por la noche.