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Los vecinos de Villahormes celebraron la fiesta en honor a Santa Eulalia con una lucida procesión.
Santa Eulalia mira al Cantábrico

Santa Eulalia mira al Cantábrico

En la procesión salieron dos ramos, la banda de gaitas y medio centenar de mozas de llanisca y la mañana se remataba con un festival folclórico

GUILLERMO FERNÁNDEZ

Lunes, 4 de agosto 2014, 00:37

En una ermita con incomparables vistas al Cantábrico y a dos pasos de la playa de la Huelga, los vecinos de Villahormes disfrutaron ayer de una agradable mañana para festejar con brillantez a Santa Eulalia. El programa incluía misa, procesión por una pradería que conduce a muchas partes, danza prima y festival folclórico.

En la capilla se celebró la misa que fue oficiada por el sacerdote orionista Ángel Álvarez y contó con el acompañamiento vocal del cuarteto Torner, dirigido por Paz Ramos. Era la primera vez que el sacerdote acudía a Villahormes y sorprendió con una eucaristía en la permitió interactuar a los feligreses.

La procesión posterior a la función religiosa salió encabezada por la banda de gaitas L'Alloru, de Balmori, formada por nueve gaiteros y dos percusionistas y bajo la batuta de Julián Herrero. Seguía un ramo de rosquillas dulces a hombros de los niños Alfredo Cueto, Miguel Sánchez, Adrián Peláez y Álvaro Cueto. Para trasladar el ramo de los mayores había gran demanda de voluntarios y por turnos se fueron agarrando a los varales Adrián Cabezón, Javier Cueto, Juan Francisco Remis, Juan Carlos Bueres, Jesús Ángel Menéndez y Alfredo Cueto. Tras los ramos aparecían más de medio centenar de niñas y mozas ataviadas con el traje de llanisca.

La comitiva sacra comenzaba con la presencia de las andas de Santa Eulalia en las que oficiaban como costaleros Rafael Peláez, José Luis Cueto, Enrique Gutiérrez y Emilio Peláez. El sacerdote y un elevado números de fieles, turistas y curiosos cerraban el cortejo que caminó por los prados próximos a la capilla. Durante los quince minutos que se alargó el cortejo, no dejó de escucharse la campana a impulsos de Emilio Peláez.

Las aldeanas, en dos filas, saludaron el regreso de la santa a su ermita y el cuarteto Torner, secundado por todos los vecinos, cantó el himno de Santa Eulalia.

La comitiva de romeros se trasladó a la localidad de Villahormes para no perder detalle del festival folclórico. Los niños interpretaron el Xiringüelín, la Jota de Leitariegos y la Carrasquina, mientras que los mayores bailaban el Xiringüelu de Naves, la Jotina Asturiana, el Trepeletré y la Jota de Villahormes. De acompañar a la gaita y el tambor se ocuparon Julián Herrero y Lorena Borbolla, respectivamente.

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