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El tramo Unquera-Pendueles, en obras.
El último escollo de la Autovía del Cantábrico

El último escollo de la Autovía del Cantábrico

El tramo Unquera-Pendueles, el único que queda por construir de la A-8 en Asturias, se abrirá en dos fases, la primera este mismo verano. Pero el final definitivo del atasco será a final de año

Terry Basterra

Lunes, 9 de junio 2014, 02:31

Antes de que concluya el año la construcción de la Autovía del Cantábrico en Asturias será un recuerdo del pasado. Al menos si se cumplen los plazos anunciados por la ministra de Fomento, Ana Pastor, durante una de sus visitas realizadas a Asturias el pasado año. Y es que el Gobierno central quiere poner fin de una vez a este retraso histórico que presenta esta infraestructura en su extremo oriental de la región y que hace que estos poco menos de 12 kilómetros que separan la localidad llanisca de Pendueles de la cántabra de Unquera sean los único que restan para unir por vía rápida y sin rodeos A Coruña e Irún.

La previsión del Ministerio es abrir todo el tramo antes de que concluya este 2014. Pero no se hará de una vez. Habrá dos aperturas, una para cada mitad del tajo. La primera tendrá lugar, si se cumple lo anunciado, este mismo verano. Será la que vaya desde Pendueles hasta la localidad ribadedense de La Franca. La media docena de kilómetros restantes de la A-8, los que irán de La Franca a Unquera, no se abrirán hasta finales de año.

En estos momentos los trabajos en ambos tajos avanzan a un ritmo rápido y una parte de ellos se centra en concluir la construcción de las diferentes estructuras. Ocho en total: seis de ellas puentes y las dos restantes túneles. Entre todas sumarán una longitud de 1.262 metros, de los cuales 803 corresponden a los viaductos, mientras que 459 a los pasos subterráneos, según los datos facilitados por el Ministerio de Fomento.

La mayor parte de estas estructuras se encuentran ubicadas en el subtramo que va desde La Franca, en el concejo de Ribadedeva, a Pendueles, en Llanes. También son las que presentan, por lo general, un nivel de ejecución más avanzado al ser este tajo el primero que el Ministerio de Fomento quiere abrir al tráfico este mismo verano. Entre estas dos localidades la A-8 discurrirá atravesando cinco puentes de diferente tamaño y un túnel, el situado en Santiuste y que permitirá a la autovía del Cantábrico salvar la Sierra Plana de La Borbolla.

Los vehículos que circulen en sentido Santander por el nuevo tramo, una vez esté abierto, cruzarán como primera estructura de esta vía rápida el viaducto construido sobre el arroyo Novales y que se encuentra apenas unas decenas de metros más adelante del punto donde concluye actualmente la vía rápida. Este puente tiene una longitud de 171 metros y está formado por dos estructuras gemelas. Su construcción está ya concluida. De hecho se encuentra en uno de los tramos de la vía rápida entre Pendueles y La Franca que ya han recibido las primeras capas de asfalto.

Unos pocos kilómetros más adelante, a la altura de la localidad de Buelna, los conductores cruzarán dos pequeños puentes, de 35 y 33,5 metros respectivamente.

La siguiente estructura en la que trabajan ahora los operarios es el túnel de Santiuste, posiblemente uno de los puntos cuya construcción más dificultades ha entrañado debido a la inconsistencia del terreno, un hecho que paralizó la obra y obligó a efectuar un modificado del proyecto para elevar la cota de la A-8 y recortar así la longitud de los túneles. Y es que estos dos pasos subterráneos, uno para cada sentido de la circulación, permitirán salvar la Sierra Plana de La Borbolla, un macizo rocoso formado por piedra caliza, arenisca y cuarcita.

Hace unas semanas los operarios concluyeron la excavación de ambos conductos, unas labores no exentas de dificultades ya que durante las voladuras realizadas en el transcurso de las perforaciones se registró algún pequeño desprendimiento en el conducto sur como consecuencia por la inestabilidad que presenta el terreno situado sobre este paso.

Ahora los trabajos se centran en el encofrado del interior de los túneles. Se espera que si no surgen incidencias esta estructura de 375 metros de longitud en su calzada derecha y 365 en la izquierda estén concluidos a finales de junio y listos para que se aplique en su interior el asfalto de la A-8.

A unas decenas de metros de la salida de este túnel los conductores se encontrarán, cuando se abra al tráfico el nuevo tramo, con el puente sobre el río Cabra. Este viaducto tiene una longitud de 260 metros y aunque la construcción de la estructura está concluida, falta aún por igualar su extremo oeste con la caja de la autovía, entre otra serie de trabajos.

El último puente del subtramo Pendueles-La Franca es el que permite salvar el río Ahíjo y que se encuentra en las inmediaciones de la localidad de Bojes. Está compuesto por dos estructuras gemelas que suman una longitud de 162,5 metros y su construcción está ya concluida, a falta de algún remate puntual.

El otro de los subtramos del tajo, el que irá desde La Franca hasta Unquera, presenta un menor número de estructuras en su trazado, aunque no por ello la construcción de la autovía del Cantábrico en este punto presenta un menor grado de dificultad. De hecho éste será el último tramo de la A-8 que se abra al tráfico en Asturias, algo que no ocurrirá hasta finales del año en curso, siempre que se logren cumplir los plazos anunciados por la ministra de Fomento, Ana Pastor.

Y es que la inconsistencia del terreno en la ladera que baja de El Peral a Bustio ha dificultado la marcha de los trabajos en esta zona al registrarse varios desprendimientos de tierra en los últimos meses.

Aquí la primera estructura que se van a encontrar los conductores es un pequeño túnel artificial de 84 metros de longitud construido a la altura de la localidad de El Peral. Este conducto servirá para que la carretera RD-1 que conduce Pimiango cruce la A-8 ya que su trazado discurrirá por encima de este paso subterráneo.

La última estructura del Unquera-Pendueles estará al final de los 11,7 kilómetros de este tramo en las inmediaciones de la localidad de Bustio. Se trata de un viaducto de 141 metros de largo que permitirá salvar una vaguada situada en las proximidades de la ría de Tinamayor.

Es posible que el importante número de estructuras que contiene el tramo sea otro de los motivos que ha ayudado también, junto a la inconsistencia del terreno que ha originado diferentes argayos, a que estos 11,7 kilómetros sean los últimos que restan para concluir la autovía del Cantábrico a su paso por Asturias. Y es que el notable número de estas edificaciones da una idea de las dificultades orográficas a las que se ha tenido que enfrentar la construcción de esta vía rápida a su paso por el extremo oriental del Asturias.

Aún así no hay que olvidar que ha pasado ya un cuarto de siglo desde que se decidió que se iba a construir la Autovía del Cantábrico y que en 2008 se iniciaron las obras del tramo Unquera-Llanes, unos trabajos que tras diferentes retrasos siguen sin haberse concluido de manera definitiva a día de hoy.

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