Unas cien personas apuestan por visibilizar la actividad de Edes en la III Marcha Solidaria

Las fuertes lluvias con las que ayer amaneció Tapia explican que solo un centenar de personas se animara a participar en la III Marcha Solidaria de la Fundación Edes, dedicada a la formación de personas con discapacidad. La directora, Ángeles Loza, lamentó que «teníamos previsión de más, porque es una iniciativa que se va consolidando y en los últimos días recibimos muchas llamadas, pero incluso familias del centro no se animaron por la lluvia».

La participación mejoró a medida que avanzaba la mañana y se abrían los claros. Las mesas de inscripción y control de Tapia, El Cortaficio, El Cabillón y Porcía se fueron animando con personas decididas a contribuir al sostenimiento de los programas de la entidad. Cada participante eligió la cantidad de kilómetros a recorrer -hasta un máximo de 20- y la cuantía a aportar por cada uno. También es cosa del caminante si realiza una contribución particular o busca una empresa o entidad que apoye sus pasos.

La organización asegura que ésta es una fórmula creciente que eligieron, por ejemplo, María José Sante y su familia, antiguos usuarios del colegio Edes. Acudieron a la cita desde Barreiros, en Lugo, para «seguir apoyando» y a su donativo privado sumaron la contribución de la firma Construcciones Josbi.

Apoyar la actividad de Fundación Edes y hacerla más visible para lograr una mayor sensibilidad e implicación ciudadana es lo que mueve también a trabajadores de la entidad y padres de usuarios del centro, que ayer se implicaron en la organización de la marcha solidaria. Es el caso de Luis Riera, que tiene una hija de 14 años que desde hace un año es alumna de Edes. Asegura que el centro y sus programas «tienen que ser más conocidos» porque «en un año que lleva mi hija en el colegio de Edes ha avanzado más que uno normal. Incluso le han quitado la medicación». Por esto, «quienes lo necesiten, que no duden en pedir esta ayuda. Al menos, que conozcan como trabajan», recalcó.