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I. GÓMEZ
Lunes, 22 de septiembre 2014, 00:42
La necesidad de mejorar el tramo de la carretera AS-227 que conecta Aguasmestas y Pola de Somiedo está fuera de discusión. Lo que sí es objeto de debate es la forma de hacerlo. No en vano, son 12 kilómetros que transcurren por el Parque Natural de Somiedo, en el que habitan especies protegidas como el oso pardo. Por eso, cualquier actuación queda supeditada a la conservación ambiental.
Para abordar el ensanche y mejora del tramo Aguasmestas-Pola de Somiedo de la AS-227, la Dirección General de Infraestructuras trabaja con dos alternativas. Una de ellas se limita a la renovación del firme de la vía, sin modificar su anchura ni su trazado, y estaría lista en menos de un año. Pero hay una propuesta más ambiciosa que incrementaría hasta un mínimo de seis metros la anchura de la calzada, aunque entre Aguasmestas y el núcleo somedano de La Riera alcanzaría incluso los siete metros. Esta obra incluye desmontes y voladizos para ampliar la sección de la vía en puntos como los túneles existentes.
Este planteamiento satisface en mayor medida las demandas lanzadas desde el Ayuntamiento somedano, pero su desarrollo requiere un mayor movimiento de tierras y prolongaría la actividad entre dos y tres años. Es decir, acrecienta el riesgo de afecciones a la flora y fauna del Parque Natural, y el oso es especialmente sensible.
Sin embargo, «ninguna de las alternativas contempladas tendrá un efecto significativo sobre las poblaciones de oso pardo presentes en el LIC Somiedo». Es una de las conclusiones del Estudio de Impacto Ambiental que sometido a información pública por el Principado, un documento en el que se hace constar que ambas alternativas «son ambientalmente viables».
Advierte, no obstante, de que el segundo de los proyectos podría causar un mayor impacto, no solo por las características de las obras contempladas, sino por precisar zona de acopio de materiales. Así, aunque «la actuación no se ejecutará directamente sobre terrenos considerados 'áreas críticas que incorporan lugares de hibernación', podría repercutir parcial e indirectamente sobre una de estas áreas, que se extiende al oeste de la AS-227, por el entorno del Pico Carbachinos y del Altu La Mochada». Este espacio, señala el estudio, dista «unos 300-400 metros» de la carretera y de «la mayor de las zonas de acopio de excedentes contempladas por esta alternativa, ubicada junto a la confluencia de los ríos Aguino y Somiedo», en Veigas.
Medidas correctoras
Por esto, acometer voladuras o mantener un elevado volumen de tráfico en esas zonas durante los periodos de hibernación (de diciembre a marzo) «podría motivar una menor utilización o incluso el abandono temporal de las áreas de hibernación».
Con todo, el estudio señala que «es previsible que parte de la fauna presente en la zona evite el entorno de las obras desplazándose a otras áreas donde encuentren mayor tranquilidad». Además, incorpora una serie de medidas correctoras para mejorar la conservación de las especies del Parque Natural. En el epígrafe correspondiente a la fauna, por ejemplo, se aconseja no ejecutar obras molestas en las inmediaciones de las cuevas en las que hibernan los murciélagos, no invadir los cauces en época de freza de salmónidos o examinar cunetas, lavaderos y fuentes en busca de larvas que, en su caso, se trasladarán antes de ejecutar los trabajos.
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