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LIDIA ÁLVAREZ
Sábado, 13 de septiembre 2014, 00:48
A pesar del traslado al nuevo edificio, los padres de alumnos del Colegio Rural Agrupado (CRA) Obanca, de Cangas del Narcea, no han terminado su lucha. El primer día de clase se encontraron con un panorama que no esperaban: instalaciones sucias, especialmente los aseos, y aulas como la de música y estancias como la biblioteca, sin terminar de preparar, con muebles apilados y montones de cajas por desembalar.
Desde el Ayuntamiento señalan que, el pasado 27 de agosto, Educación les trasladó la necesidad de la contratación del servicio de limpieza por la Administración local, algo que hasta la fecha se había realizado desde la consejería, por tratarse de un centro de Secundaria. Según el alcalde, José Luis Fontaniella, se ordenó entonces el inicio de los trámites administrativos para la contratación.
Los padres culpan de la situación tanto a la Consejería de Educación, como al Ayuntamiento. También a la dirección del centro educativo, «porque si nos hubiera explicado cómo estaban las instalaciones nosotros mismos nos habríamos organizado para colaborar en las tareas de limpieza, como ya estábamos planificando, porque hay algunos aseos que dan auténtico asco», explicó ayer Lucía López, una de las madres afectadas. Incluso estuvieron hablando de la posibilidad de denunciar el estado de las instalaciones antes Sanidad.
El alcalde explicó que conoció ayer, a través de las fotografías que le mostraron los padres, el «lamentable» estado de las instalaciones y que «he dado instrucciones para que, con urgencia, este fin de semana, al menos los aseos estén en condiciones higiénicas básicas para que los niños puedan utilizarlos».
Sin información
La quejas no sólo se deben a la situación del centro, también a la falta de información en todo el proceso. Nadie les comunicó oficialmente el traslado, llegando al punto de que responsables del transporte escolar ignoraban si debían dejar a los alumnos en el antiguo edificio o en el nuevo. Incluso hubo un transportista que tuvo que volver a por unos niños que había dejado en el centro erróneo.
Tampoco está listo el comedor. Educación tuvo que paralizar las obras después de que el Ayuntamiento denunciase que no contaba con los permisos pertinentes y requiriese más documentación. En el Consistorio no han vuelto a tener noticias de la consejería. «Dirán luego que son trabas municipales», subrayó Fontaniella.
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