Sin sitio para aparcar en Perlora

La nueva ordenación del tráfico rodado en la ciudad residencial de Perlora provoca malestar a los visitantes. La señalización horizontal y vertical habilitada por el Principado por razones de seguridad supuso una reducción de más de 300 plazas de aparcamiento. La medida fue acogida con muchas críticas. Y, además, se hizo caso omiso de la misma por parte de los usuarios. El resultado fue un buen número de vehículos estacionados en zonas con línea amarilla y la invasión de las zonas verdes, organizándose un auténtico «caos» circulatorio.

Ante esta situación, el PP, recogiendo el malestar muchos de quienes eligen este espacio turístico, responsabilizó tanto al Principado como al equipo de gobierno de Carreño de que la Policía Local no haga cumplir la señalización. El portavoz del PP, José Ramón Fernández, reclamó a las administraciones «seriedad y coherencia». «Si se han pintando líneas amarillas por una cuestión de seguridad, debe hacerse cumplir y no quedar en papel mojado. Y si resulta que es imposible asegurar ese cumplimiento, deben explicarse las razones y cómo es posible que tomaran tal medida que a las primeras de cambio ha quedado en nada», añadió.

Para hacer frente a los numerosos vehículos que acceden al recinto los fines de semana de la temporada estiva se prevén medidas como la instalación de bolardos móviles en el acceso principal para regular la entrada de vehículos, en función de la capacidad del recinto.

El nuevo ordenamiento del tráfico rodado afecta a los viales de dirección a la playa de Carranques, que quedaron reconvertidos en doble sentido de circulación. «Esta regulación es un error que solo sirve para reducir espacios donde aparcar sin ofrecer alternativas», decía Aurelio Soto, vecino de Gijón y visitante habitual. Otros, como Margarita García, residente en el concejo, apuntaban la conveniencia de aplicar una tasa por estacionar «que serviría para mejorar el mantenimiento».