Un bosque para la memoria de los difuntos

La tala del eucaliptal de San Antonio ha suscitado muchas críticas entre los vecinos de Candás. El Ayuntamiento decidió llevar a cabo esta medida tras un informe elaborado por el ingeniero técnico agrícola de la Mancomunidad del Cabo Peñas donde se ponía de manifiesto el mal estado de muchos ejemplares. Según explicó la alcaldesa, Amelia Fernández, durante el Pleno, una vez iniciados los trabajos de tala, se advirtió la existencia de una afección que dañaba muchos de los eucaliptos y que había sido provocada por el salitre ante la proximidad de los árboles al mar, por lo que el problema, cuantitativamente, fue mayor del previsto.

La intención ahora del Ayuntamiento es diseñar una repoblación forestal de la zona con la ayuda del personal del Botánico de Gijón. Además, está barajando opciones como que un espacio pueda dedicarse a un 'bosque de la memoria', donde los particulares puedan plantar árboles en recuerdo de sus seres queridos fallecidos.

«Era el pulmón de Candás»

A pesar de estas explicaciones, el asunto sigue levantando críticas. José Luis Valdés, residente en la zona, lamenta «la gran pérdida histórica, ecológica y ambiental» que, en su opinión, ha supuesto esta medida. «Era el pulmón de Candás. Se han cargado el ecosistema. En ellos anidaban multitud de córvidos y aves migratorias», explica.

También pone en duda la justificación de que los ejemplares estuvieran podridos, algo que demuestra con varias fotografías en las que, según explica, se ven los troncos en perfectas condiciones. Valdés presentó un escrito solicitando la inmediata paralización de la tala, excepto en las zonas de peligro para las viviendas, pero está, indica, no fue atendida.