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PEPE G.-PUMARINO
Martes, 30 de agosto 2016, 00:39
Tanto el Ayuntamiento de Carreño como la Coordinadora Ecologista de Asturias han presentado alegaciones al proyecto de ampliación de la cantera de El Cotarón. El Grupo Mota, dedicado al movimiento de tierras y explotación de canteras y minas a cielo abierto, ha presentado al Gobierno regional un plan que prevé un vertido de 322.500 metros cúbicos de materiales que procederán de la comarca de Avilés
En su recurso, el Ayuntamiento de Carreño observa varias cuestiones, como que el documento no facilita información alguna sobre el estado actual del vertedero. Esto es, sobre el grado de ocupación, volumen de depósito disponible, cálculos de previsiones y ni ningún otro dato que pueda justificar la necesidad de la ampliación. También se cuestiona el impacto visual al incrementar el volumen y la retirada de la capa vegetal que ahora lo cubre y la construcción de nueva balsas de drenaje. En materia patrimonial, otras objeciones que pone es que ocupa la zona de protección del yacimiento castreño La Corona. Por esta razón, pide que el plan disponga de un informe de la Consejería de Cultura favorable, y entiende también que, al localizarse sobre suelo no urbanizable de interés, es preceptiva la autorización previa de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) para la concesión de la licencia de actividad del vertedero.
El concejal de Urbanismo, Gabriel Rodríguez, señaló que hace algunos días llegó la solicitud de licencia para este proyecto, «un permiso que estará supeditado a lo que resuelva el Principado con las alegaciones en materia ambiental», dijo.
Crecer 38 metros en altura
Mientras tanto, el rechazo de la Coordinadora Ecologista de Asturias se ampara en el importante aumento de los vertidos que supondrá «incrementar la altura del vertedero hasta los 38 metros sobre la cota actual». Según explicó su portavoz, Fructuoso Pontigo, «la cantera se encuentra en una situación de precariedad al no haberse tomado medidas de restauración alguna en todos los años que lleva funcionando». Y recordó que «en la larga historia de este vertedero se acumulan las irregularidades que ni el Principado ni el Ayuntamiento han querido obligar a subsanar a las diferentes empresas que lo usaron. La ultima conocida -continuó- fue cuando en el año 2010 se vendieron materiales del vertedero para el relleno de El Musel. Fueron más de 200.000 metros cúbicos de materiales sin tener licencia para ello».
Para los ecologistas se hace necesario, por tanto, que «solo se admitan los vertidos de tierras procedentes de excavaciones y se excluyan los residuos de construcción que puedan encontrarse dentro del vertido, así como garantizar que no se van a verter suelos susceptibles de estar contaminados, algo habitual en Asturias por la ingente cantidad que hay, sobre los que muchas veces se hacen movimientos de tierras».
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