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PEPE G.-PUMARINO
Martes, 27 de octubre 2015, 00:21
El gobierno socialista de Carreño trasladó ayer a la Comisión Municipal de Hacienda la propuesta fiscal de una reducción del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del 10% en los inmuebles de naturaleza urbana y rústicos. Dicha propuesta se hará para los tributos municipales que regirán en 2016. De esta manera el tipo impositivo del IBI de naturaleza urbana pasará a ser del 0,59%, mientras que para los de naturaleza rural sería del 0,39%.
Según explicó la alcaldesa y responsable también del área municipal de Hacienda, «el objetivo es una reducción de la presión fiscal que sufren las familias del concejo para el año que viene». Así, a estas medidas se incorpora una nueva bonificación para las licencias urbanísticas destinadas a la eliminación de barreras arquitectónicas entre las que estaría contemplada la instalación de ascensores en edificios que carecieran de esa instalación. En este sentido, el ejecutivo local estudiará una reducción en la tasa por licencia de apertura.
Del igual manera, el gobierno local plantea una congelación de las tasas, los precios públicos y el resto de los impuestos. «Esta propuesta de ordenanzas fiscales se ajusta a la situación económica en la que estamos inmersos actualmente en Carreño, tanto las familias, como el tejido empresarial y las instituciones. Por ello hemos tratado de reducir la presión fiscal, pero sin perder de vista el necesario mantenimiento de los servicios públicos», señaló Amelia Fernández.
Mientras, desde las filas del Partido Popular se puso de relieve el «giro» dado en política fiscal, aceptando una rebaja defendida por este partido político. Según explicó su portavoz, José Ramón Fernández, «Lo cierto es que nosotros venimos planteando una reducción del IBI desde hace años y, muy especialmente, desde que en 2014 entraron en vigor los nuevos valores catastrales».
Reivindicación popular
«El PSOE, hasta ahora -prosiguió- rechazaba nuestros planteamientos. Solo en el actual mandato ha cedido frente a nuestras propuestas. Es por ello que recordamos que fue el PP el que, en el marco de esas negociaciones, puso como condición la reducción de impuestos». Además, los conservadores consideran que el gobierno socialista «cede» en los aspectos más fundamentales recogidos en sus propuestas fiscales.
Entre ellas, figuraría la congelación durante los próximos cuatro años de tres tasas que afectan a todos los vecinos y empresas, como son las del agua, basura y alcantarillado. También una reducción del 10% de la tasa por apertura de establecimientos y, en cuanto al IBI, finalmente se acepta reducir los tipos de gravamen cada año del actual mandato en el mismo porcentaje que el incremento medio de los valores catastrales. De esta manera. -agregó Fernández- «se neutralizan los efectos del catastrazo, algo que el PP llevaba en su programa electoral».
El debate plenario de aprobación de tasas, impuestos y precios públicos se celebrará en noviembre.
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