Perlora se pone a punto

El plan de acondicionamiento de la Ciudad de Vacaciones de Perlora toca ya a su fin. El diseño de esta iniciativa tenía un objetivo claro: frenar el importante deterioro del equipamiento. Meta para la que la Dirección General de Patrimonio ha destinado unos 800.000 euros, convirtiéndose en la inversión patrimonial más importante de este departamento en toda la región en el actual ejercicio.

Los trabajos daban comienzo el pasado año, con una primera fase en la fueron invertidos 200.000 euros y en la que se adecuaron tanto los accesos a las playas como los de las zonas verdes, deportivas e infantiles y viales. Además, se renovó la red de saneamiento y el vallado de los edificios que pudieran entrañar algún peligro para los usuarios.

La denominada primera fase concluyó con la pavimentación de las calzadas, la tala y poda de los árboles, la renovación de la red de saneamiento y el acondicionamiento del paseo marítimo, que se dotó de alumbrado público. Este espacio también fue objeto de la colocación de un mobiliario urbano a lo largo de todo su trazado. En ella, también se llevaron acabo otras mejoras en los equipamientos deportivos, zona de juegos infantiles y conservación de las zonas verdes.

Durante la segunda fase, con un presupuesto cercano a los 300.000 euros, las actuaciones se centraron en la renovación de las áreas deportivas y la habilitación de un espacio para mayores. Se instaló un nuevo equipamiento urbano en el entorno del paseo marítimo entre la cala de Entrellusa y la playa de Carranques, la senda costera y la plaza de Huelgues. También se mejoró la iluminación del paseo con un nuevo tendido eléctrico.

Y en la tercera, la inversión se destinó fundamentalmente a reparar los edificios. Unos trabajos que fueron contratados a principios de mes, que acaban de empezar y con los que se darán por concluidas las mejoras. La empresa Instalaciones y Construcciones Gardi, S. L., por 285.046 euros, se encarga de la conservación de los chalés y de cinco edificios singulares del complejo.

Estas obras cuentan con un plazo de ejecución de cuatro meses y se centrarán en la reparación de los aleros, los tejados y las fachadas de las 228 edificaciones de las que dispone el complejo. Este último cometido no estuvo exento de polémica ante la decisión del Gobierno regional de demoler cuatro edificios por encontrarse en un estado ruinoso, alegando razones de seguridad.

Esta decisión todavía esta pendiente de su tramitación al precisar la autorización del Ayuntamiento de Carreño. Dentro de esta última fase, también se recoge la adecuación del bar La Cabaña, que dará comienzo a finales de año. El edificio cuenta con una superficie en planta que ronda los 300 metros cuadrados. La previsión es que este establecimiento de hostelería abra sus puertas en la primavera del año que viene y sea explotado en régimen de concesión.

Derrumbe de un tejado

El desencadenante de todas estas mejoras se remonta a un suceso que tuvo lugar a finales de agosto del pasado año, cuando se derrumbó la techumbre del bar situado en las inmediaciones de la playa de Carranques.

El acontecimiento conmocionó a los muchos usuarios del complejo, que levantaron sus voces reclamando medidas contra el deterioro de la Ciudad de Vacaciones. De estas demandas se hicieron eco todos los partidos políticos, llevando el asunto a debate en la Junta General, donde exigieron medidas de seguridad dentro del recinto. La respuesta del Ejecutivo regional no se hizo esperar y en octubre del mismo año fue elaborado un plan encaminado a la recuperación del equipamiento turístico.

Ahora queda pendiente la parte más importante, que es el plan de futuro de la Ciudad de Vacaciones. Una gestión que fue encargada a la Dirección General de Turismo.

Se busca su explotación mediante la inversión privada en el recinto, aunque manteniendo su titularidad pública. Hasta el momento se desconoce la existencia de ofertas al respecto.