Secciones
Servicios
Destacamos
ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Sábado, 23 de septiembre 2017, 02:19
Los que conocían al prestigioso abogado del Estado y distinguido con la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort Manuel Álvarez-Valdés lo definen como una persona «excelente, amable y religiosa». Apasionado de su trabajo y de Gaspar Melchor de Jovellanos. Empezó a estudiarlo cuando se retiró de la abogacía y lo calificaba como «un adelantado a su tiempo», de talante «áspero» y «un enemigo de la esclavitud». Tanto le gustaba estudiar su figura que escribió cuatro libros y ahora estaba a punto de publicar el quinto.
Pero mientras hacía el «último repaso» falleció y ahora su familia no sabe si este documento «se publicará». Desconocen si aún quedan capítulos por escribir o si solo faltaban los últimos remates, según indicó ayer su hijo, Manuel Álvarez-Valdés, minutos después de que la capilla del tanatorio del Salvador acogiese una misa en su honor -oficializada por el capellán Gaspar Argüelles- y después fuese incinerado.
En vida le dio tiempo a publicar numerosos artículos e impartir varias conferencias gracias a los datos que descubrió sobre la Guerra de la Independencia y las personas con las se carteaba: «Era un gran entusiasta y admirador de Jovellanos y realizó muy buenos escritos», detalló su compañero de trabajo durante muchos años Ángel Ruiz y Villanueva. Asimismo, destacó que Álvarez-Valdés tenía «una memoria privilegiada» y que «se desvivía por los demás». Formaba parte de la Fundación Benéfica Luis González Herrero y fue vicepresidente de la Cocina Económica. «Colaboraba en todo lo que podía», detalló su hijo.
Como jurista su carrera fue apasionante. Este gijonés afincado en Oviedo fue nombrado abogado del Estado y recibió como destino la empresa pública Hunosa. Allí trabajó hasta los años 70, momento en el que decidió dar un giro a su vida laboral. Se incorporó al consejo de administración de EdP, por aquel entonces Hidroeléctrica del Cantábrico, y compartió más de una batalla con Nicanor Fernández, ahora presidente de la fundación de esta empresa eléctrica. El jueves, tras conocer su fallecimiento, comentó que Álvarez-Valdés «tenía una memoria prodigiosa» y tenía un «carácter fuerte que le hizo no huir de la controversia».
Este jurista también formó parte de la plantilla jurídica del Banco Herrero, de Hacienda y fue directivo del Club de Tenis de Oviedo. Constituyó la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia y fue miembro de la Real Academia de Historia.
Manuel Álvarez- Valdés deja esposa, María Luisa López-Osorio, y un hijo, Manuel Álvarez-Valdés. Ayer ambos, su nuera Asunción Marquiegui Rodríguez y su nieta Covadonga recibieron el afecto y el cariño de sus familiares, compañeros de trabajo y amigos en la misa que tuvo lugar en el tanatorio de los Arenales. Hoy la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen de Oviedo, situada en el número 33 de la calle Santa Susana, acogerá a las 13.15 horas su funeral.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.