El pozo Santa Bárbara recupera una bocamina de cuatro metros de fondo

El grupo de arqueología industrial de la asociación cultural y minera Santa Bárbara comenzaba, a principios de julio, una nueva restauración de una bocamina en La Rebaldana. La peculiaridad de este nuevo trabajo es que la antigua explotación de montaña se encuentra dentro del área de protección del Bien de Interés Cultural (BIC) del pozo turonés y cuenta con el apoyo de Hunosa, la todavía propietaria de las instalaciones. Al mes del inicio de las excavaciones, el grupo ya ha llegado a lo que considera el límite de lo que puede profundizar. «Tras derribar un primer muro de contención, y llegar hasta algo más de cuatro metros, hemos encontrado un nuevo bloque de mampostería muy antiguo que consideramos que no podemos atravesar», explicaba ayer José Luis Soto.

Esta bocamina, que data del siglo XIX, se encuentra junto a la trinchera por donde transitaban las vagonetas repletas de carbón. Estaba cubierta completamente por la maleza. La primera actuación se centró en retirar las malas hierbas y en la demolición de caseta, que carecía de valor patrimonial para, posteriormente, reabrir la mina y rehabilitar su interior. Se trata de una actuación similar a las ya realizadas por el grupo. De hecho, en esa misma trinchera se encuentra el socavón de La Rebaldana, una de las primeras actuaciones en el campo de la recuperación patrimonial de esta agrupación.

El socavón minero de Turón será próximamente incorporado a las visitas turísticas gestionadas a través del Ayuntamiento mierense, como lo será el propio pozo Santa Bárbara o el cementerio protestante de La Rebollada, un recinto vinculado a la antigua Fábrica de Mieres que también fue recuperado por esta asociación.