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ALEJANDRO FUENTE
Lunes, 11 de enero 2016, 00:14
Un total de 1.474 pacientes están a la espera de entrar en quirófano en el hospital de referencia del valle del Caudal. Así, el Álvarez-Buylla de Mieres logra, por segundo mes consecutivo, reducir la lista de espera estructural, la que es atribuible a la organización y recursos disponibles en el centro hospitalario. En el mes anterior, el número de pacientes que se encontraban a la espera de ser intervenidos ascendía a casi 1.600. Pero lo cierto es que no todos los datos son buenos: hay un índice que siempre preocupa a los gestores de este área sanitaria y se corresponde con las demoras de más de medio año. En ese sentido, en el último mes contabilizado, el de noviembre, hay un total de 28 personas en espera, mientras que en el anterior no había ninguna.
Por lo demás, todos los parámetros analizados han sufrido mejoras, como la espera media para ser operado, que ha pasado en un mes de 81 días a 75. La mayor reducción se ha logrado entre quienes se encuentran en demoras de tres a seis meses, que han pasado de 701 a 494.
Las listas habían aumentado en el Caudal debido al traslado en 2014 del hospital desde las viejas instalaciones de Murias a Santullano y porque el pasado verano se tuvieron que clausurar los quirófanos durante quince días para hacer reparaciones en el sistema de climatización. El sindicato médico Simpa vaticinaba entonces que la medida afectaría a las listas de espera quirúrgica «a pesar de que los trabajos de mejora de las instalaciones se hagan en periodo estival». Sanidad clausuró los seis quirófanos, medida que afectó a los servicios de cirugía general, ginecología, oftalmología, otorrinolaringología, traumatología y urología, así como a los partos. Solo quedó un séptimo para casos de especial urgencia.
El centro todavía arrastra las cifras que se generaron con la mudanza. Fueron poco más de diez días -los que duró el traslado en mayo de 2014- en los que no hubo operaciones. Antes de la mudanza, la lista de espera ascendía a 997 personas. El 'cierre' por el cambio de ubicación aplazó la programación de 75 sesiones quirúrgicas. Después, las demoras se elevaron -en aquel mes de mayo- hasta los 1.354 pacientes. Los responsables del área sanitaria del Caudal esperaban normalizar las cifras en un plazo de cinco meses, primero, y en un año, después.
El objetivo
Desde el centro hospitalario mierense se destacaba recientemente que el dato significativo para los responsables médicos es, más que el tamaño de la lista, el tiempo que un paciente debe esperar para ser intervenido. Una cifra que, al final, es lo que realmente le interesa al afectado. Por eso, el objetivo es la reducción de los tiempos de espera, más que en perseguir la merma de la propia lista, aunque también se trabaja en ese sentido.
Además, el Álvarez-Buylla, con la apertura del nuevo edificio de Santullano, ha visto incrementada su capacidad para realizar operaciones, por lo que tiene más pacientes y realiza menos derivaciones. Y esto afecta a las cifras.
También se pone el acento en que la mayoría de los pacientes se encuentran en la horquilla de hasta los 90 días de espera. Del total, 952 se encuentran en este apartado. Son, por lo tanto, insisten desde el centro, muchos los parámetros que afectan a ese listado, sobre todo en Mieres, tras un traslado que implicó el cierre de los quirófanos para la mudanza y con la ampliación de la capacidad para realizar operaciones.
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