Las urgencias del hospital del Nalón,de nuevo colapsadas

Un tiempo inestable, el envejecimiento de la población, la inadecuada cultura de acudir ante cualquier revés a las urgencias hospitalarias... Estos podrían ser algunos de los factores que explicaran que nuevamente el martes las urgencias del Hospital del Valle del Nalón quedaran colapsadas con pacientes a la espera de una cama libre para ser hospitalizados.

Sin obviar la importancia de las anteriores circunstancias, los profesionales de dicho centro hospitalario, no solo los adscritos al área de Urgencias, reiteraban ayer que el cierre -desde el pasado verano- de una planta del hospital es la principal causa de que «prácticamente cada semana, uno o varios días se colapsen las urgencias ante la falta de camas libres para imprescindibles hospitalizaciones».

Los datos facilitados por el propio centro hospitalario confirman que desde hace años en torno al 17% de los pacientes que mensualmente se atienden en este servicio de urgencias se sitúan en torno al medio millar.

En la tarde del martes esta situación se agudizó. Personal de Enfermería y auxiliares explicaron ayer que «llegó un momento en el que no sabíamos a quién atender entre los pacientes que iban llegando, los enfermos esperando cama, las familias preguntando constantemente... Era una actividad frenética con la que tuvimos que lidiar durante horas».

Más de dos horas

A pesar de ello la atención apacientes y familiares no se resintió; las quejas se referían a los largos tiempos de espera para materializar el ingreso. Hubo quien tuvo que esperar incluso durante más de dos horas.

Algunos doctores de este hospital apuntaban ayer que es necesario cambiar la costumbre de acudir a las urgencias hospitalarias ante cualquier eventualidad. Así, indicaban que algunas de las consultas que atienden a diario podrían ser resueltas en las urgencias de los centros de salud de la comarca. Algo que entienden ayudaría a mejorar la eficacia de este servicio en el hospital Valle del Nalón. Aunque, eso sí, puntualizaron que ese cambio de costumbres no sería suficiente e insistieron en la necesidad de que el centro mantuviese a lo largo de todo el año todas sus camas disponibles para facilitar los ingresos. Una medida que los diferentes sindicatos con representación en este centro de trabajo llevan tiempo reclamando, sin éxito, a la gerencia del mismo.