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ALEJANDRO FUENTE
Domingo, 5 de octubre 2014, 01:07
«¡Mosquis! ¡Cuantas cosas de cine! Je, je, je. Y yo, ¿dónde estoy?», decía ayer Homer Simpson al acceder al recinto ferial de Mieres. Bueno, realmente no era el conocido personaje televisivo, pero sí el actor que le pone voz, Carlos Ysbert. El doblador, junto a sus compañeros de reparto Isatxa Mengibar (la pequeña Lisa Simpson) y Juan Perucho (el jefe Wiggun, entre otros) participaron en uno de los actos programados alrededor de la tercera feria del coleccionismo. «Veo que está todo controlado, veo a los compañeros con los coches, sí, sí, todo controlado», comentaba el despistado jefe de policía de Springfield.
17.30 horas. Charla El mundo mágico de Harry Potter», a cargo de la coleccionista Carlota Fernández.
18.30. Monólogos de humor, en el escenario del Pabellón. Organiza Keaton Producciones.
19 horas. Mesa redonda sobre el coleccionismo, con la presencia de los invitados coleccionistas en la tercera edición de la Feria de Mieres.
La sorpresa de la tarde fue la aparición de la también actriz de doblaje Chelo Vivares, más conocida por haber dado vida al cordial personaje Espinete, en Barrio Sésamo. «Espinete estaría por aquí enredándolo todo, y le dirían que no tocase aquello o eso otro; seguro». Fueron tres años de grabación pero más de una década en antena. «Ya no se hacen programas de televisión como entonces. Aquello tenía cuerda para otro», comentaba.
Los cuatro hablaron del trabajo del doblaje, de los 25 años que llevan algunos detrás de los Simpson -«sí, es la serie que marca», decía Perucho- y en otras muchas. «Homer es de estos personajes emblemáticos que marcan una carrera; yo seré recordado como el actor que le dobló después de Carlos Revilla, y no contará ni las veces que he puesto la voz a James Galdonfini o a Alfred Molina. Se le coge cariño a Homer», comentaba Ysbert.
Pero en la feria había, también, puestos, muchos, con todo tipo de cosas que se pueden coleccionar. Especial atención tuvo el público asistente a la gran maqueta de tren montada por una agrupación de aficionados de Palencia. De escala 2N, habían montado toda una ciudad articulada por más de 50 metros de raíles en miniatura en donde cobraban vida todo tipo de convoyes. «Se trata de una afición que lleva mucho tiempo y, sobre todo, dinero», comentaba Fidel Castro, uno de los expositores. Y es que una pequeña locomotora puede costar 200 euros.
Entre los más de 120 puestos paseaban personajes de la saga cinematográfica de la ciencia ficción por excelencia: Star Wars. Los más pequeños no se atrevían a sacarse fotos con Darth Vader -«me da miedo»-, pero sí que lo disfrutaron los que son un poco más mayores.
El certamen, que continúa hoy con más actividades, está organizada por la Asociación Cultural OCEN en colaboración con la Asociación Cultural Kimpixel y reúne a coleccionistas y aficionados de toda España en este encuentro que ya se ha convertido en una cita imprescindible del sector para el norte del país. En esta tercera edición se amplía la oferta de expositores, con la presencia también de asociaciones culturales, juveniles y benéficas de Asturias. El éxito de la anterior edición hace que este año la feria ocupe el recinto ferial en su totalidad, con puestos en ambas plantas del pabellón principal.
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