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Equipo de hepatólogos, anestesistas, cirujanos y enfermeros que participan en los trasplantes de hígado, ayer, en el HUCA. Por la izquierda, María Luisa González Diéguez, María Moreno Gijón, María Varela Calvo, Sonia Amoza Pais, Ignacio González-Pinto (jefe de la Unidad de Trasplantes Hepático), Alberto Miyar de León, Lorena Solar García, Lino Vázquez Velasco (jefe del servicio de Cirugía General), María Pilar Alonso Suárez (coordinadora de Enfermería de trasplantes), Manuel Rodríguez García, Emilia Cortes, Dolores Rodríguez, Carmen Bernardo y Pedro Picatto.
«Que sepan que salvan muchas vidas»

«Que sepan que salvan muchas vidas»

Joaquín Palacio pasó a planta el miércoles y podría recibir el alta «en una semana». El HUCA lleva 15 intervenciones de este tipo desde enero

LAURA MAYORDOMO| DANIEL LUMBRERAS

Viernes, 5 de mayo 2017, 03:52

Joaquín Palacio, el trasplantado de hígado número 500 en la historia del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), se recupera ya en la tercera planta del edificio de hospitalización de la compleja intervención a la que fue sometido en la madrugada del pasado lunes. Su evolución es muy buena, según constataba ayer el jefe de la Unidad de Trasplantes Hepáticos, Ignacio González-Pinto, tras visitarle en la habitación que ocupa desde el miércoles por la tarde, tras abandonar la UCI. Si todo sigue así, se espera que en el plazo de «una semana o diez días como máximo», este sierense pueda regresar a su domicilio. A continuar con su rutina habitual sin los inconvenientes que, para él, suponía el hecho de tener que convivir con una cirrosis agravada con un tumor hepático. Además de la insuficiencia hepática, el paciente presentaba una fibrilación auricular y una trombosis de la vena porta (la que lleva la sangre al hígado). «Eso nos obligó a recanalizarlo. En realidad, fue lo que más problemas nos dio», apuntó el doctor González-Pinto sobre una intervención que comenzó pasadas las once de la noche del domingo y concluyó pasadas las cinco de la mañana del lunes.

Receptor idóneo

La ventaja fue que el donante había fallecido apenas unas horas antes en el propio Hospital Central. Y que, por sus características físicas -se trataba de un hombre de complexión fuerte, cuyo hígado tenía un peso de unos dos kilos-, hacían de Joaquín Palacio el receptor idóneo.

El paciente y su familia reconocen estar «muy agradecidos» tanto al donante que propició que pudiera abandonar la lista de espera de trasplantes hepáticos -en la que llevaba desde el pasado mes de marzo- como al sistema sanitario y a los profesionales del HUCA implicados en este tipo de intervenciones.

Buena parte de ellos -hepatólogos, cirujanos, anestesistas y enfermeros- posaron ayer para EL COMERCIO en una foto de familia que conmemora «una cifra simbólica y motivo de satisfacción»: los quinientos trasplantes de hígado realizados en el Hospital Central desde que éste comenzó esta actividad, hace justo quince años.

Desde entonces, la media de intervenciones viene siendo de unas 35 al año, con un récord de 42 trasplantes en un mismo ejercicio. El año pasado se quedó muy cerca de ese techo, con 41 implantes de hígado. «Es un índice por nivel de población muy positivo. Estamos entre las comunidades con mayor actividad. En Valencia, por ejemplo, están por encima de los cien trasplantes, y en Madrid, sobre los setenta. Pero para el volumen de población de Asturias, y tratándose de un grupo de pequeño tamaño como el nuestro, el rendimiento es muy bueno», reconoce orgulloso González-Pinto, quien señala que la lista de espera ahora mismo está en unos diez pacientes.

Este 2017 ha comenzado con mucha actividad para el equipo que dirige. No en vano, llevan realizados ya quince trasplantes hepáticos en cuatro meses. Cinco de ellos los llevaron a cabo en apenas diez días, entre el 21 de abril y el 1 de mayo. De seguir con esa dinámica, acabarían el año con unos 45 implantes, pero la estimación no es real ya que «podemos tener cinco en diez días, como nos acaba de ocurrir, y luego estar un mes sin ninguna intervención».

El responsable de la Unidad de Trasplantes Hepáticos del HUCA incidió ayer en la «infraestructura bien organizada» que hace posible tanta actividad. Desde el personal de «coordinación de trasplantes, enfermería e intensivos, hasta las propias familias, que consienten la donación de órganos». En este sentido, su mensaje a la sociedad fue contundente: «Que sepan que salvan muchas vidas. Porque el paciente ya está fallecido, pero muchos de sus órganos y sus tejidos son viables y útiles para otros». Joaquín Palacio da buena fe de ello.

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