![«Cuantos más días, más riesgo había»](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/pre2017/multimedia/noticias/201704/28/media/rescate2-kS0G--575x360.jpg)
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DANIEL MARTÍNEZ
Viernes, 28 de abril 2017, 04:14
Los agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil (Greim) reconocen que tienen uno de los trabajos más bonitos y a la vez más difíciles del cuerpo. Unas veces encontrar y devolver a sus familias a las personas que se pierden en las cimas y otras, las más desagradables, entregar sus cadáveres. En un caso o en otro, siempre compañeros de la montaña. «Por desgracia, es algo a lo que estamos acostumbrados», explicaba Pablo Villabrille, el teniente jefe de Cangas de Onís y responsable del operativo que se puso en marcha el lunes.
Como todo cuerpo de élite, trabajan con protocolos muy claros. Lo primero es su propia seguridad y la de las personas a las que prestan auxilio. En este caso, con los cuerpos de los escaladores localizados y unas condiciones meteorológicas totalmente adversas, esa parte se volvió la prioridad total. Y aunque la rapidez no es esencial, también es un factor a tener en cuenta. «Tratamos de evacuar los cuerpos cuanto antes, sobre todo por la familia. Pero también por la seguridad del equipo actuante. Cuantos más días pasen los agentes en una zona con meteorología complicada, más factores de riesgo aparecen». Además, a medida que pasan las horas, es común que algunos amigos o familiares, «con la mejor de las intenciones» intenten llegar hasta ellos por sus propios medios.
Los primeros en buscar sobre el terreno a los montañeros desaparecidos fueron los agentes del Greim de Potes. El martes, cuando se confirmó que habían perdido la vida, se incorporaron a las labores efectivos de Cangas de Onís, hasta alcanzar los doce expertos en montaña. Ese mismo día, ya por la tarde, se sumaron otros procedentes de las bases de Mieres, Orense y Sabero (León), estos últimos compañeros de los guardias civiles que murieron en un accidente de helicóptero en los Picos de Europa en agosto de 2014 mientras participaban en otro rescate. En total, 24 hombres en tierra. Junto a ellos participaron diez agentes más desde el aire, cinco por cada uno de los helicópteros de la Guardia Civil desplazados a la zona.
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