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MARCO MENÉNDEZ
Martes, 10 de enero 2017, 02:37
La aparición de un segundo oso pardo muerto en las inmediaciones de Moal (Cangas del Narcea) en el plazo de cuatro meses ha hecho saltar todas las alarmas entre las entidades dedicadas a la conservación de tan emblemática especie. En este caso es la Fundación Oso Pardo, quien apuntó ayer que, si se confirma la causa humana como origen de la muerte del plantígrado, «será realmente una noticia muy preocupante y un grave precedente después de años de esfuerzos de conservación y de concienciación social para la aceptación del oso como un elemento fundamental y muy positivo en la Cordillera Cantábrica». Por ello, avanza que «nos personaremos como acusación particular en las diligencias judiciales que puedan tener lugar».
Desde la Fundación se ha solicitado al Servicio para la Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, al Principado de Asturias y a la Fiscalía de Medio Ambiente «que no se escatimen esfuerzos para la investigación y resolución de este caso». Hay que recordar que fue el pasado sábado cuando una pareja de excursionistas cántabros localizaron el cadáver del oso a las puerta de la Reserva Natural Integral de Muniellos.
Paraíso natural «en riesgo»
La preocupación por este caso ha llegado también al Parlamento asturiano. En esta ocasión es Gaspar Llamazares, portavoz de IU en la Junta General del Principado, quien registró una serie de preguntas al Gobierno regional para saber si tiene conocimiento de la aparición de este nuevo oso muerto en Moal, así como las medidas que piensa tomar para prevenir estas situaciones que afectan a una especie protegida. Llamazares indicó que «no conocemos todavía las causas de la muerte del oso», pero sí apunta que se trata de un «animal emblemático para el Principado». En su opinión, hechos como este, unido al importante incremento de la contaminación en el centro de la región, «ponen en riesgo la marca 'Asturias, paraíso natural'. Queremos que el Gobierno se preocupe por esta situación y ofrezca una respuesta con la inmediatez que requiere la gravedad del asunto». Además, teme que hechos como éste «pueda estar motivado por un repunte del furtivismo, tal y como indican los grupos ecologistas. Es enormemente preocupante para una especie protegida y para Asturias», apuntó.
El cadáver del oso fue encontrado en una pedriza a unos diez metros de un camino bastante transitado. Pudo haber muerto en un plazo no superior a un mes y el cuerpo había sido parcialmente devorado por otros animales, lo que dificultará la necropsia que se realice.
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