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LAURA FONSECA
Viernes, 6 de enero 2017, 02:48
Trescientas personas afectadas de obesidad mórbida aguardan en Asturias por una operación de reducción de estómago (cirugía bariátrica) en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El complejo de La Cadellada es el único centro de la sanidad pública asturiana que practica este tipo de intervenciones quirúrgicas, cuya demanda se ha disparado en los últimos años en la región. El jefe de Cirugía General del HUCA, Lino Vázquez, accedió ayer hablar con EL COMERCIO para explicar por qué este tipo de operaciones acumulan tantísima demora (la media de espera para los pacientes considerados no urgentes ni preferentes está en cuatro años), pero pidió preservar su opinión sobre lo ocurrido con la joven praviana Amaresh Fernández, que falleció el pasado 31 de diciembre, acumulando cinco años de espera para una cirugía bariátrica. «Es una completa desgracia pero lo más prudente es esperar a ver qué dice la autopsia», precisó apesadumbrado.
En lo que sí abundó Vázquez fue en destacar que la demanda para las operaciones de reducción de estómago «está creciendo de forma apabullante». Un incremento, recordó, que está intimamente relacionado con la obesidad, un problema sanitario cada vez más preocupante. Un estudio elaborado en 2016 por la Sociedad Española de Cardiología ya alertaba sobre esta situación al advertir de que en España un 40% de la población adulta padecía sobrepeso y un 21%, obesidad. Asturias es, además, la comunidad que sale peor parada en el ranking autonómico: es la que tiene más población con obesidad alta: un 25,7%. Con problemas de sobrepeso hay un 40% de asturianos.
Los pacientes remitidos a Cirugía General del HUCA a través de las consultas especializadas de Endocrinología del resto de hospitales «son cada vez más». A principios de 2016, el HUCA pasó de realizar una única cirugía bariátrica a la semana a programar dos, «pero así y todo la demanda nos supera, ya que en lista de espera entran cada semana tres pacientes». Este ritmo, cercano a las ochenta intervenciones al año, hace que el hospital «contenga las listas, pero no podemos reducir los plazos» ni tampoco depurar la cifra de pacientes que acumulan, como ocurrió con Amaresh, hasta cinco años de demora.
Esta situación de saturación llevó a los propios profesionales del HUCA a solicitar a las autoridades sanitarias que aumente los recursos. Bien, a través de la posibilidad de hacer más operaciones en La Cadellada o bien mediante la creación de una segunda unidad en otro hospital. Según pudo saber EL COMERCIO, el Sespa parece haberse decantado por la segunda opción y sopesa la creación de una unidad de cirugía bariátrica en Gijón. Con todo, su puesta en marcha no sería inmediata. «Para hacerlo bien se necesita formación y especialización», apuntó Vázquez, quien se mostró a favor de que Asturias disponga de una segunda unidad de cirugía bariátrica que haga tándem con la del HUCA. En este sentido, este experto cirujano detalló que para que la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad Mórbida avale la especificidad de un especialista éste necesita acreditar un mínimo de cien intervenciones de reducción de estómago tuteladas.
El HUCA, a pesar de las altas demoras a las que se enfrentan los enfermos, muestra unos buenos resultados quirúrgicos, con apenas un 0,3% de mortalidad. Lino Vázquez hace hincapié en que la cirugía bariátrica está destinada a abordar un problema sanitario «como es la obesidad, que es una enfermedad», insistió en destacar. «Acá no estamos hablando de tratamientos estéticos, sino de hacer frente a una dolencia. Ninguna persona que sufre obesidad mórbida la sufre por gusto. Es una persona enferma y ese es el cambio que tenemos que afrontar», dice. Con todo, a la hora de priorizar actividad, algo que ocurre muchas semanas en los hospitales, «siempre estará por delante operar un tumor que una obesidad, es lo lógico», precisó.
El atasco con el que se encuentran los quirófanos que programan cirugías de reducciones de estómago no es exclusivo de Asturias. «Es un problema en todo el país». Ahora mismo «España necesitaría hacer dos millones de operaciones para acabar con las listas de espera de cirugía bariátrica, y sin embargo, no se llega a las ocho mil. Está claro que la respuesta del sistema sanitario resulta insuficiente».
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