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María José Abeng, minutos antes de reencontrarse con su hijo, el lunes
«Los Servicios Sociales funcionaron  de manera negligente con María José»

«Los Servicios Sociales funcionaron de manera negligente con María José»

Los peritos judiciales determinan que estaba capacitada como madre y critican al Principado

Ramón Muñiz

Jueves, 15 de septiembre 2016, 02:10

María José Abeng trató ayer de esquivar a las cámaras de televisión para acudir con el pequeño Juan F. a un centro comercial de Oviedo y proveerle de ropa de su talla. Llovía y el empeño requirió de taxis y piernas. «¿Mamá, por qué corremos?», cuentan que dijo el crío. «Nada, es una carrera y tenemos que ganar», replicó la asturiana. «Volvemos a exigir a todos respeto para la familia», conminó su abogada, Nieves Ibáñez. La letrada ha iniciado contactos con la pareja valenciana que tuvo el pequeño acogido para organizar «un acercamiento buscando lo mejor para el niño».

Es la última escena que deja la historia de Juan F., crío de cuatro años al que el Principado entregó a esa familia en acogimiento preadoptivo, y que ahora la Audiencia Provincial ha ordenado devolver a su madre biológica. La decisión se adoptó después de que dos psicólogos y otros tantos trabajadores sociales entrevistaran a María José Abeng. Tres de los dictámenes periciales validan sus posibilidades para ejercer una maternidad responsable, e incluyen reproches a la Administración regional.

Carlos C. y Ana Isabel J. firman como psicólogo clínico-forense y trabajadora social el último examen, fechado el 26 de enero pasado. Los peritos del equipo psicosocial de los Juzgados de Gijón estudiaron los autos del proceso, entrevistaron a María José y a su madre, y les aplicaron un cuestionario de personalidad mini-mult y el test gestáltico visomotor de Bender. La observación psicológica no detectó «en ninguno de los examinados alteraciones en el curso y contenido del pensamiento» que evidencien existencias de psicopatologías activas. En las escalas de validez y fiabilidad «como en las propiamente clínicas, la madre obtiene puntuaciones absolutamente dentro de los parámetros de la normalidad». El test descarta «alteraciones orgánico-cerebrales, impulsividad, agresividad o consumo de sustancias psicoactivas».

Los dos peritos hacen un resumen de lo encontrado. «María José, por problemas de relación con su madre, ha permanecido en distintos establecimientos públicos del Principado hasta su mayoría de edad». En uno de ellos quedó embarazada «y los responsables de la consejería 'no se enteran'. Es su madre quien se lo comunica y lo niegan». Temiendo que le distancien del bebé, «María José escapa durante un mes y medio a Guinea Ecuatorial, cosa que no se recoge en los múltiples informes que constan en autos».

A juicio de los especialistas, «el funcionamiento de los Servicios Sociales correspondientes impresiona, al menos de negligente». Psicólogo y trabajador social reprochan que «nace el niño y no se lo dejan ver hasta que es institucionalizado; restringiéndose cada vez más los contactos materno-fialiales y acabando por iniciar un expediente de pre-adopción». Los pasos se avanzan sin «tener en cuenta a la madre biológica», lamentan. «Cualquier persona con sentido común y con afán de ayudar a los menores podría haber adoptado infinidad de alternativas antes que la de dar el niño en adopción», exponen.

Entre ellas plantean que «se podría haber preparado a la menor para su futura maternidad». Una vez se produjo el parto era posible «dejarla amamantar o nutrir a su hijo con otro tipo de lactancia, aprovechando para irla instruyendo en las distintas necesidades que presenta el desarrollo evolutivo de un bebé». La tercera alternativa pasaba por «incluirla en programas para madres solteras adolescentes».

«Debe ser ella, cuanto antes»

Hecho el diagnóstico, «desde el punto de vista psicosocial, se considera que debe ser ella, como madre biológicamente capacitada, quien debe, cuanto antes, encargarse de la custodia de su hijo en detrimento de las medidas adoptadas por la consejería». La Audiencia Provincial confirió a este dictamen tanto peso que en su sentencia encomienda al psicólogo que lo firma supervisar la relación que ahora se fragüe entre madre e hijo, informándole mensualmente.

Los magistrados, sin embargo, no tuvieron en el equipo adscrito a los juzgados de Gijón su primera opción. Antes sometieron el asunto a una psicóloga clínica y un trabajador social de Oviedo. La primera, Elena A. M. hizo las citadas pruebas y otras más a madre y abuela. También consideró que «atendiendo al interés superior del menor» lo conveniente era que volviera con su madre «reintegrándose en su medio familiar de origen, que está en disposición de apoyar a María José en su crianza». Tras analizar el expediente, la técnica pericial refleja que «no hay constancia de que en el momento del nacimiento de Juan F. la entidad pública ofreciera a María José otra alternativa que conllevase alojarse juntos y hacerse cargo del cuidado del menor». También avala que «María José siempre manifestó su intención de tener consigo a su hijo una vez alcanzada la mayoría de edad, nunca estuvo de acuerdo en darlo en adopción, mientras tuvo permiso le visitó, e interpuso los recursos legales a su alcance».

En el historial de María José constan comportamientos disruptivos, fugas y una pelea. La psicóloga aprecia que estos comportamientos coinciden «además de encontrarse en un centro de menores, con la etapa adolescente y con la maternidad». El examen es de octubre de 2015, y en la prueba denominada como 'dibujo de la familia' recoge que la mujer «tiene incorporado a su hijo como uno más de la familia y que desea recuperarlo. Asimismo se aprecia la tendencia a adoptar roles de adulta que no corresponderían por su edad».

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