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LAURA FONSECA
Martes, 12 de julio 2016, 02:28
«Muchos pacientes desaparecen de las listas de espera y luego vuelven a aparecer. También nos consta que hay enfermos a los que les anulan la cita una y otra vez», sin que la demora se contabilice, «y no hablo de uno o dos casos, sino de muchísimos». Estas fueron solo algunas de las declaraciones que se pudieron oír ayer en otra sesión de la comisión de las listas de espera de la Junta, donde responsables del Sindicato Médico (Simpa) hablaron, como ya hicieron otros comparecientes, de la existencia de irregularidades en la gestión de las demoras del Servicio de Salud del Principado (Sespa). Tanto el presidente del Simpa, Javier Alberdi, como el responsable de Atención Especializada de dicha central, Ángel Colmeiro, hablaron de «prácticas de maquillaje» con las que la administración sanitaria busca aminorar en sus estadísticas los tiempos de demora para una operación, una consulta o una prueba diagnóstica. «Las listas de espera no reflejan la realidad, incluso, haciéndolas legalmente», aseguró Colmeiro.
Este facultativo dijo ser conocedor de «casos de pacientes que estando en lista de espera, desaparecen, y luego vuelven a aparecer. Me lo han dicho muchos médicos» del HUCA y de otros hospitales, abundó. Esta acusación hizo que el PSOE, que la semana pasada había advertido de que llevaría a la Fiscalía las denuncias de irregularidades que se vertieran en la Junta, profundizara en sus preguntas a Ángel Colmeiro y Javier Alberdi («parecía un interrogatorio», se quejarían después otros miembros del Simpa). Quiso la diputada Carmen Eva Pérez saber si lo denunciado por ambos médicos (uno, especialista, y el otro facultativo de familia) había sido puesto en conocimiento de algún responsable sanitario. «Sí», respondieron los dos en sus respectivos turnos de intervención. «Lo saben tanto el exgerente del Sespa, Tácito Suárez, como el actual, José Ramón Riera, así como el anterior y actual consejero de Sanidad», detallaron.
Un largo periplo
A todos ellos, afirmaron, «les comunicamos lo ocurrido». «¿Se lo comunicó por escrito?», volvió a preguntar la diputada socialista. «No, verbalmente», indicaron. «Y cuándo fue eso?», repreguntó Carmen Eva Pérez. «No recuerdo la fecha exacta, pero sí recuerdo haberlo hablado con ellos más de una vez», indicó Colmeiro. El presidente del Simpa, por su parte, se refirió también a los tiempos de demora con los que se encuentra cuando desde su consulta de Atención Primaria en Riosa pide cita para una consulta o una prueba en algún hospital. «Lo normal es encontrarte con plazos de ocho meses y un año», indicó. No obstante, todo el proceso, desde que la persona pasa por una primera consulta de Primaria hasta que es operada, «siendo optimista, puede alargarse tres años, entre pruebas, solicitudes, análisis de los anestesistas». Unos datos que, aclaró, no aparecen en la lista de espera oficial.
Para ejemplificar por qué las demoras asistenciales que la Consejería de Sanidad cuelga en su página de Astursalud no son un reflejo de la realidad, el responsable de Atención Especializada del Simpa, Ángel Colmeiro, leyó a sus señorías un mensaje que le había enviado por whatapps otro médico. En el mismo le informaba del caso de un paciente atendido en un centro de salud el 17 de enero de 2012 y remitido a una endoscopia, que tardaron otros tres meses en hacerle. «El 23 de abril se le detecta un cáncer de esófago y el 24 del siguiente mes se le hace cirugía en el HUCA, iniciándose el 20 de junio el tratamiento para reducir el tumor», relató. El 24 de septiembre le practican ya una operación programada en el HUCA. «El 15 de enero de 2013 el paciente, de 36 años, fallece. Tardaron nueve meses en operarle pero en la lista de espera quirúrgica estuvo mucho menos. Apenas dos meses. Sin embargo, se supone que la lista se hace con legalidad», comentó contrariado.
800 jubilaciones desde 2009
Los facultativos vincularon las abultadas demoras de la sanidad pública asturiana con los recortes, la falta de recursos y el descenso de la plantilla de profesionales. Indicaron, en este sentido, que mientras la demanda crece, ya que Asturias tiene cada vez más población envejecida, la cifra de profesionales baja. Y baja mucho. Según estimaciones aportadas por el Simpa, desde que entró en vigor la jubilación obligatoria para los médicos a los 65 años, en 2009, «se han retirado más de 800 facultativos» y la tasa de reposición «no llega al 10%».
Ambos abogaron por la puesta en marcha de programas especiales (las conocidas 'peonadas'), tanto en hospitales como en centros de salud, como medida para reducir las esperas. «Es lo único que funciona», indicaron.
Ayer también se produjo la comparecencia de otros médicos de Primaria en la comisión de investigación de la Junta. Fueron los primeros facultativos de familia en declarar en el parlamento en relación a las demoras sanitarias. Se trató de Alfonso García Viejo, coordinador y facultativo en el centro de salud de Perchera-La Braña, en Gijón, y de Álvaro Díaz Alvarez, del centro de salud de El Natahoyo, también en Gijón. García Viejo abogó porque los políticos lleguen a un entendimiento y aparquen sus diferencias en pos de «intentar mejorar la sanidad pública».
Por su parte, Díaz Álvarez hizo hincapié en la necesidad de aligerar buena parte de los tiempos de espera. Sobre todo, los vinculados a la realización de pruebas diagnósticas. «Nada angustia más a un enfermo que no saber lo que tiene», señaló.
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