Borrar
Javier Fernández Teruelo, en la biblioteca del Colegio de Abogados de Oviedo.
«Una sociedad en la que cada año se mata a más de 70 mujeres no está sana»

«Una sociedad en la que cada año se mata a más de 70 mujeres no está sana»

Catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Oviedo

CHELO TUYA

Sábado, 2 de abril 2016, 03:28

En los primeros quince años del siglo XXI, en España fueron asesinadas mil mujeres. Las mataron sus parejas o sus ex. Todas eran víctimas de maltrato. Tras ocupar titulares luctuosos, desaparecieron de los focos. Hasta ahora. Las mil son protagonistas del libro 'Análisis de feminicidios de género en España 2000-2015', realizado por el catedrático de Derecho Penal Javier Fernández Teruelo (Oviedo, 1970). Lo hizo en colaboración con la Unidad de Estadística de su Universidad, la de Oviedo, para conocer las causas de la violencia machista y buscar soluciones. Las conclusiones son duras: el maltratador que llega al asesinato no teme a la Justicia y la víctima no está bien protegida.

¿Por qué este libro?

Llevo años reflexionando que los profesores de Derecho nos dedicamos a analizar leyes e interpretar normas, pero no ayudamos a mejorar la situación. Y creo que la Universidad, que nos cuesta mucho a los asturianos, debe tener un fin social. Además, comprobé que, por ejemplo, si se rompe una alcantarilla, enseguida hay técnicos investigando los motivos, pero nadie investigaba los feminicidios más allá de saber quién era el asesino.

¿Qué más hay que saber?

Todo. Una sociedad en la que cada año se mata a más de 70 mujeres no está sana. Tenemos que conocer el perfil de la víctima, el del agresor, la relación que tenían, si había denuncias, órdenes de protección... Una serie de datos de los que se puede sacar mucho partido. Gracias al archivo de un centro hoy cerrado por los recortes, el Reina Sofía, recopilé 753 casos. Los otros, con el Observatorio de Violencia. Junto a mis compañeros de la Universidad en análisis de datos determinamos cómo son estos sujetos que matan, y sacar conclusiones.

¿Cuáles?

Hay tres principales. La más importante fue descubrir que el agresor que mata es, en términos jurídicos, inasequible normativamente. Vamos, que le da igual con lo que le amenaces. Si él tiene tomada la decisión de matar a su pareja, la pena con la que le puedas amenazar resulta irrelevante.

¿Así de duro?

Lo descubrimos con dos datos: casi el 30% de los que matan se suicida o lo intenta. El otro 70%, casi sin excepción, llama a la Policía y se entrega. Es completamente diferente al delincuente violento, que trata de que no le pillen. Éste no lo teme.

-¿Por qué?

Porque ha basado su vida en un modelo de dominio hacia su víctima durante muchos años...

Muchos años de dominio

¿Aunque sea joven?

Es que con el maltratador feminicida hay una diferencia de edad, de hasta diez años, con el maltratador a secas. Se ve violencia de género en gente joven. Pero matar y suicidarse no se ve en perfiles de menos de cuarenta años. Es lo que decía, ha basado su vida en un modelo de dominio y no está dispuesto a dejar que termine. Y mata cuando percibe que se puede acabar. Ésa es la segunda conclusión.

¿Que el resorte que lleva a matar es la denuncia o la separación?

Exacto... Y de ahí llegamos a la tercera conclusión. Otra muy dura.

¿Más aún?

Sí. El momento de extremo riesgo para la mujer es cuando decide terminar la relación y se lo comunica al agresor. En ese momento, esa mujer debería estar sometida a un sistema de protección física personal.

¿Eso no lo hace el sistema policial que fija el nivel de riesgo que corre la víctima? El VioGen.

Creo que las preguntas en que se basa el VioGen no ayudan a identificar a este agresor.

La fiscal de Violencia de Asturias, Eugenia Prendes, le da la razón.

Es que hacer preguntas que no son ajustadas, meterlas en el ordenador y darle al intro para que salga el nivel de alerta no es serio. Además, al VioGen solo llegarán el 15% de las que pueden ser asesinadas.

¿Por qué?

El 85% de las muertas no denunció.

¿Tiene alguna solución?

Esto solo funcionará cuando seamos capaces de identificar a este sujeto dentro de las más de cien mil denuncias de violencia de género que hay cada año. No podemos proteger de la misma manera a las cien mil. La clave es identificar bien quiénes son los que pueden llegar a matar.

-¿Y eso cómo se hace?

Con las preguntas adecuadas a la víctima y, sobre todo, con las que hay que hacer al agresor, que ahora no se hace. Se puede determinar rápidamente si estamos ante este perfil asesino: con celos patológicos, que no acepta la ruptura. Que se enfada cuando llega la denuncia o el anuncio de separación. Que luego intenta lo que llamamos la 'luna de miel', convencerla para que siga con él. Que si no lo consigue, comienza a seguirla... Cualquier psicólogo sabe que esa persona puede explotar.

Pero, si solo el 15% denuncia, ¿cómo llegar a todas las víctimas potenciales?

Para empezar, no podemos basar un sistema de protección a la mujer exclusivamente en la presencia de denuncia. Cuando tenemos muchas o varias fórmulas de intervenir.

¿Es malo denunciar? A la víctima siempre se le dice que lo haga.

Cierto. Se insiste en obligar a la víctima de maltrato a denunciar. Y siempre me parece terrible. La víctima de maltrato está en una situación psicológica similar a la de un prisionero de guerra. Está muerta en vida.

¿No hay denuncias falsas?

Está demostradísimo que no. Es una leyenda urbana. La maltratada no tiene ánimo de venganza. Solo quiere que la dejen en paz. Pero no lo hacemos, le insistimos en que denuncie. Y yo me pregunto ¿cómo lo hacemos? ¿Cómo le decimos a una mujer que denuncie cuando no podemos evitar, después, que él la mate? Hay que potenciar la protección.

Insisto, ¿cómo si no hay denuncia?

Que no haya denunciado no significa que no haya pedido ayuda. En los casos se refleja que hablaron con asociaciones de mujeres, con amigas. Lo que hay que lograr es que a esa mujer se le asesore bien, se haga un perfil de su agresor para saber si está en peligro.

¿Ya le ha llamado el ministro de Interior?

(Sorpresa) No. ¿Para qué?

Para modificar el VioGen con los resultados de su informe.

Al sistema le cuesta aceptar que las cosas no se han hecho bien.

La víctima que le lea puede optar por seguir con su agresor.

No. Debe pedir ayuda. Dar el paso de denunciar o separarse sin protección es un cóctel mortal.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio «Una sociedad en la que cada año se mata a más de 70 mujeres no está sana»