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LAURA FONSECA
Sábado, 31 de octubre 2015, 00:39
Pacientes oncológicos que acuden a radiarse de madrugada. Esta estampa llegó a ser habitual en los últimos tiempos del viejo HUCA, donde los equipos de radioterapia con los que se trata a enfermos de cáncer, entre ellos una antigua bomba de cobalto, acusaban cierto desgaste por su uso, lo que obligaba en ocasiones a mantener sesiones nocturnas. Pero la imagen vuelve ahora a repetirse en el nuevo hospital inaugurado hace apenas un año y que dispone de tres aceleradores lineales de novísima adquisición. Según ha podido saber EL COMERCIO, desde hace dos semanas el Hospital Central ha retomado el polémico turno de noche, citando a pacientes hasta después de la medianoche. En concreto, hasta las dos de la madrugada. La decisión, explicó ayer un portavoz del hospital, fue adoptada para hacer frente a «la alta demanda» y como mal menor para evitar que las demoras para iniciar un tratamiento oncológico se disparen. La pretensión del hospital es que la espera para este tipo de terapias no supere los 18 días. Otras fuentes del HUCA consultadas confirmaron que «para algunos tratamientos de radioterapia se superaba ya los 40 días», lo que disparó todas las alarmas.
La unidad de radioterapia oncológica del HUCA es una de las joyas de La Cadellada. Dispone de tres aceleradores lineales de última generación, en cuya compra se invirtieron 13,6 millones de euros. La previsión era que en el nuevo HUCA hubiese en esta primera fase hasta cuatro aceleradores, uno más de los que funcionaban en el antiguo complejo hospitalario. De hecho, en el nuevo emplazamiento existen otros dos búnkeres construidos y reservados para una posible ampliación. Pero las dificultades económicas han obligado a retrasar la decisión y el Servicio de Salud del Principado (Sespa), que es quien tiene la última palabra en este asunto, no ha dispuesto aún la adquisición del cuarto equipo por lo que el hospital «sigue esperando».
2.500 enfermos al año
Radioterapia fue el primer servicio en arribar en La Cadellada. Lo hizo el 21 de enero de 2014. La unidad es una de las más punteras y avanzadas del país. «Nos pone a la vanguardia de Europa», aseguró en su inauguración el entonces responsable del área, Luis Olay. El servicio ofrece tratamientos de los que carecía el viejo hospital y que obligaban a derivar enfermos a centros especializados de otras comunidades. Desde un principio, el nuevo hospital puso los tres aceleradores a funcionar desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche. Pero este ritmo, pese a ser intenso, no ha sido suficiente para poder garantizar la celeridad adecuada a los más de 2.500 enfermos de cáncer que pasan al año por radioterapia. Desde el pasado 19 de octubre, dos son los aceleradores abiertos hasta más allá de la medianoche. Dan sesiones de ocho de la mañana a dos de la madrugada. El hospital desconoce hasta cuándo se mantendrá la medida: «Dependerá de cómo evolucione la demanda», indicó su portavoz. Para evitar molestias mayores, al turno de medianoche son citados pacientes de Oviedo y que no sean muy avanzados en edad.
Asturias cuenta con otra unidad de oncología radioterápica. Es la que se abrió en el Hospital de Jove, en Gijón, en septiembre de 2006 tras una intensa movilización que lideró el movimiento vecinal. Casualmente, aquella protesta en demanda de la descentralización de la radioterapia, hasta entonces concentrada en el HUCA, estalló por las abultadas demoras a las que se enfrentaban los enfermos, con turnos de radioterapia hasta la madrugada. Jove cuenta con dos aceleradores. Uno de ellos funciona únicamente en horario de mañana, hasta las tres de la tarde. El otro lo hace hasta las ocho de la noche.
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