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Laura Fonseca
Martes, 20 de octubre 2015, 00:33
Cuando los pacientes renales «reciben información adecuada» sobre los tratamientos y sobre cómo éstos afectan a su calidad de vida, la mitad se inclina por dializarse en casa, y una mayor proporción opta por el trasplante de vivo anticipado. Esta es la principal conclusión a la que llegó un grupo de 26 hospitales, entre ellos, el HUCA, que pulsó la opinión de un millar de pacientes afectados del riñón. La investigación, que acaba de conocerse, fue publicada en la prestigiosa revista 'Plos One'.
«Este índice de elección demuestra que los pacientes suficiente y correctamente informados optan por la diálisis peritoneal domiciliaria -la que puede realizarse el propio paciente en su casa- en una proporción muy superior a la media nacional actual, que es sólo del 16,5%1», afirmó la especialista Carmen Díaz, del servicio de Nefrología del Hospital Universitario Central de Asturias.
El tratamiento sustitutivo del riñón, conocido popularmente como diálisis y al que tienen que someterse las personas que carecen de función renal, tiene un gran impacto en la vida de enfermos y personas cercanas. La enfermedad puede llegar a provocar alteraciones en los aspectos laborales, familiares, sociales y personales, señalan los autores del trabajo. Por esta razón «es importante que los pacientes participen activamente en la elección de tratamiento, conociendo las repercusiones que cada modalidad tendrá sobre su situación personal, laboral, sus preferencias y su calidad de vida».
En Asturias se calcula que más de mil personas viven gracias a un trasplante de riñón o a diálisis. Un informe del Observatorio de Salud de Asturias recoge que a finales de 2012 eran 1.152 los asturianos con tratamiento renal sustitutivo, de los que 637 vivían con un riñón donado, 411 estaban en hemodiálisis y otros 104 permanecían en diálisis peritoneal (la que se puede hacer en el domicilio). La cifra de personas con tratamiento renal sustitutivo, bien trasplante o hemodiálisis, creció un 82,6% desde 1995. El mayor incremento se observa en el grupo de edad de más de 75 años, que en ese mismo periodo (1995-2012) se ha quintuplicado.
Dada la enorme carga presupuestaria que el tratamiento sustitutivo renal supone para el sistema sanitario, y debido a que el trasplante y la diálisis peritoneal consumen menos recursos, «la puesta en marcha de este tipo de procesos educativos no solo beneficia a los pacientes por los excelentes resultados en salud que estas modalidades proporcionan, sino que contribuye también a una mayor sostenibilidad del sistema sanitario», indican los hospitales participantes en la encuesta.
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