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ISABEL GÓMEZ
Sábado, 9 de mayo 2015, 01:15
«Garantizar el desarrollo integral del niño y su caminar hacia una vida adulta independiente». Con ese objetivo nació hace una década el Programa de Atención al Déficit Auditivo Infantil (PADAI), que incide en el diagnóstico precoz de los problemas de audición. De hecho, bajo sus siglas se extendió el cribado universal en los hospitales públicos del Principado (una prueba que se ha realizado a más de 85.000 recién nacidos) y se ha confirmado el diagnóstico de déficit auditivo en más de 300 menores.
Pruebas.
Más de 85.000 niños nacidos en los hospitales públicos de Asturias se han sometido al cribado en la última década.
Escolarizados.
El PADAI tiene censados este curso 221 alumnos con problemas de audición en colegios públicos y concertados.
Próximo curso.
El próximo mes de septiembre se incorporarán a la escuela nueve menores con déficit auditivo.
Este programa casi único en España -solo Navarra realiza una intervención similar sobre los menores con hipoacusia- implica a las consejerías de Sanidad y Educación, a profesionales hospitalarios y de los colegios y a la Fundación Vinjoy, que en el año 2002 creó el Instituto de Atención Temprana y Seguimiento (IATYS) para el tratamiento del déficit auditivo en los primeros años de vida.
La atención temprana es esencial para una pronta estimulación cerebral que permita «desarrollar el lenguaje oral, medio importantísimo para la integración», explicó el coordinador del PADAI, Miguel Prieto, que señaló que este programa, «completo, integrador y multidisciplinar», supuso «un salto cualitativo» en los afectados y sus familias.
Lo confirma María Teresa Pastor, presidenta de la Asociación de Padres y Amigos de Deficientes Auditivos de Asturias (APADA): «Para la asociación, el PADAI fue como el viaje del hombre a la luna». Y es que el cribado universal, la confirmación del diagnóstico y la atención temprana a los pequeños con hipoacusia «evita perder un tiempo precioso» para estimular su desarrollo.
Madre de una niña que recibió un implante coclear cinco años antes de la puesta en marcha del programa (desde entonces han sido 65 los menores que han recibido esta prótesis, que se implanta antes del primer año de vida), Pastor habla de «un proceso duro y largo», pero recalca que «la mayoría de los sordos tienen una vida normal, independiente y no se avergüenzan de su condición».
A esto contribuyen los profesionales del Equipo Específico de Atención a la Discapacidad Auditiva, que colabora con los servicios de orientación de los centros educativos públicos y concertados para facilitar la integración de los menores. El seguimiento continuo de los afectados y el intercambio de información entre las entidades implicadas es esencial para cubrir todas las necesidades de los escolares con déficit de audición, que en los últimos años oscilan entre 220 y 230 en el Principado, apuntó Raquel Díaz, coordinadora del equipo. Por eso, insistió en que la implantación del programa de detección precoz supuso un «hito» en la integración de los menores diagnosticados.
El mantenimiento de este programa supone una inversión de casi 369.000 euros anuales y ha recibido cerca de 5 millones desde su puesta en marcha. En cuanto a las fases de diagnóstico y tratamiento, la que mayor cuantía requiere es la del implante coclear, unos 25.000 euros por intervención: «Es una inversión muy rentable, sin lugar a dudas», afirma Miguel Prieto.
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