«El HUCA me tiene fartuca»

«El HUCA me tiene fartuca», «menos corrupción y más medicación» o «Faustino y Virgilio, chapuzas a domicilio» rezaban algunas de las pancartas que se exhibieron durante la marcha blanca que, convocada por el colectivo SOS HUCA, congregó ayer a cientos de personas en Oviedo. La intención era movilizarse «contra la privatización sanitaria» y los recortes. También contra «la precarización laboral», pero el nuevo HUCA y, sobre todo la empresa que gestiona varios de sus servicios, Gispasa, se convirtió en el principal foco de las críticas.

Baja una pancarta central en la que se podía leer «SOS Sanidad Asturiana. Gispasa=Privatización», cerca de un millar de manifestantes, según los convocantes y 600 en estimación de la Policía, marcharon desde la explanada de Renfe hasta la plaza del Carbayón, ante la sede del Servicio de Salud (Sespa). En el trayecto hubo cánticos contra Gispasa y cierto ambiente festivo pese a las gélidas temperaturas que mostraba la calle Uría pasadas las seis de la tarde. «Externalizar es lo mismo que robar», coreaban al unísono los participantes, entre los que había muchos trabajadores del HUCA, pero también de otras áreas sanitarias. También marcharon «en defensa de la salud» la Asamblea de Estudiantes de Medicina, la Corriente Sindical de Izquierda, Afectados por la hepatitis C y Trabajadores en Lucha.

Andrés Vilanova, de Podemos, y uno de los portavoces de SOS HUCA, abogó por la disolución de Gispasa, a la que responsabilizó de la privatización de servicios en el nuevo hospital. Precisamente, a Gispasa se refirió ayer el consejero de Sanidad, aunque en otros términos. Faustino Blanco defendió la gestión de empresa de la que, dijo «es cien por cien pública y por tanto si consigue eficiencia se produce una rentabilidad social».