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Cristina M. Gayo
Viernes, 27 de febrero 2015, 21:46
«Ni en las tiendas de chinos se ven cosas de tan poca calidad, esto es una vergüenza». Son las palabras de los trabajadores del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) mientras muestran indignados la foto del panel de un ascensor al que se le han caído varias teclas. Sostienen que la situación de las instalaciones no es nada esperanzadora, sobre todo tras las goteras que, tras hacer acto de presencia el pasado verano -poco después de la inauguración-, volvieron a aparecer el pasado viernes y obligaron a cancelar varias intervenciones, ya que no se podían garantizar las condiciones óptimas de asepsia.
El revuelo fue notable. Varios empleados del centro hicieron llegar a los medios de comunicación imágenes y vídeos de lo que estaba ocurriendo. Así las cosas, el director médico del hospital, Miguel Rodríguez, aseguró hoy que Gestión de Infraestructuras del Principado (Gispasa) sospecha que se trata de un sabotaje, que las averías podrían ser intencionadas. Incluso esta mañana declaró que lo ocurrido había sido denunciado a la Policía Nacional y que varios técnicos están investigando lo sucedido.
Sean daños premeditados o fruto de una construcción deficiente, lo único que se sabe a ciencia cierta hasta ahora es que las condiciones en que se encuentra el HUCA no son las que debería presentar un hospital nuevo. Por eso, quienes cada día tienen que desempeñar allí su trabajo está preocupados. «Hay tuberías en mal estado que revientan y están estropeando material de traumatología que vale miles de euros, se están aplazando operaciones y hay incluso robots de última generación que están sin repartir y no funcionan», afirman.
Según su testimonio, las tachas del HUCA no se reducen solo a estas goteras: «Por no haber, en Urgencias no hay ni sillas, solo para los doctores. El resto, entre paciente y paciente tenemos que estar de pie». «Espero que nada de esto se nos caiga encima», añade uno de ellos. Cuentan que todo el personal sanitario está molesto y aseguran que las deficiencias del hospital son muchas, por lo que descartan la intencionalidad de las goteras.
En este sentido, tras las acusaciones de sabotaje del director médico, el sindicato sanitario Sicepa y la plataforma SOS HUCA emitieron hoy sendos comunicados en los que consideran que dicha denuncia no tiene ningún fundamento. Los dos colectivos coinciden en exigir a las autoridades sanitarias asturianas que se posicionen públicamente para alejar cualquier sospecha de duda sobre los profesionales sanitarios.
Desde Sicepa creen «intolerable» arrojar dudas acerca de un posible sabotaje. «Más bien parece una campaña perfectamente orquestada de tratar de ocultar las múltiples deficiencias del HUCA, sembrando dudas, construyendo oscuras intrigas o pasando la irresponsabilidad de la construcción de este macrohospital a quien no tiene culpa alguna», manifiestan. Sostienen que el motivo de la avería ha sido la rotura de una tubería de PVC de desagüe. «¿Quién es el responsable de colocar una tubería de PVC no homologada por donde van a pasar aguas a temperaturas tan altas? ¿Eso es un sabotaje? Más bien es un defecto técnico en la construcción de ese desagüe, porque si tuviera el tubo con la homologación adecuada, no se produciría la rotura que genera la inundación», añaden, antes de exigir un posicionamiento «claro y contundente» al gerente el HUCA, Manuel Matallanas.
Por parte, SOS HUCA insiste en que el único acceso a las calderas lo tiene la empresa Giroa, subcontratada Gispasa, por lo que la avería es solo cosa suya.
Finalmente, el Sindicato Profesional de Médicos (Simpa) se ha sumado a la posición de Sicepa y SOS HUCA y descarta la posibilidad de un boicot y ha considerado que plantearlo es una «barbaridad».
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